Keir Starmer, primer ministro del Reino Unido, ha exigido el miércoles al gobierno conservador previo, bajo la dirección de Rishi Sunak, que aclare las circunstancias que llevaron a la filtración de datos de miles de afganos que trabajaron junto a las autoridades del Reino Unido y pidieron protección tras la toma de poder de los talibanes en Afganistán en agosto de 2021.
‘Los ministros de la oposición que estuvieron gobernando tienen serias preguntas por responder sobre cómo se permitió que esto sucediera’, enfatizó Starmer en su intervención en la Cámara de los Comunes, apoyando además la iniciativa de que la comisión de Defensa investigue el asunto.
Ed Davey, líder de los Liberal Demócratas, se ha unido a Starmer en su demanda de indagación sobre la ‘impactante’ filtración de datos, que compromete a casi 19.000 personas y se hizo pública recientemente tras ser bloqueada judicialmente.
John Healey, actual ministro de Defensa, ofreció el martes una ‘sincera disculpa’ en nombre del Gobierno por la filtración, que reveló nombres y datos de contacto de los solicitantes y de sus familiares, admitiendo no poder afirmar ‘con certeza’ si el error ha causado alguna muerte.
No se ha confirmado si el funcionario responsable de la filtración ha sido sujeto a medidas disciplinarias para evitar una ‘cacería de brujas’ por un ‘error’ que consideran ‘mucho más grave’ que un fallo individual.
Ben Wallace, entonces ministro de Defensa en el gobierno de Sunak, ha aceptado ‘toda responsabilidad’ por el incidente en un artículo en ‘The Telegraph’ este miércoles, pero rechazó disculparse por la orden judicial que mantuvo el caso en secreto desde su descubrimiento en agosto de 2023 hasta su divulgación judicial.
Las autoridades implementaron un plan de respuesta para los afectados en la lista filtrada que costó 400 millones de libras (461,5 millones de euros), facilitando el traslado de unas 4.500 personas al Reino Unido, incluyendo 900 miembros del Ruta de Respuesta a Afganistán y aproximadamente 3.600 familiares, con el objetivo de evacuar a un total de 6.900 personas.
La filtración ocurrió en febrero de 2022 por un funcionario de Defensa encargado de verificar las solicitudes del programa de reasentamiento para Afganistán, siendo Boris Johnson el primer ministro en ese entonces, aunque el error no se detectó hasta un año después.