Este miércoles, Keir Starmer, primer ministro del Reino Unido, ha expresado su apoyo a Rachel Reeves, su ministra de Finanzas, quien fue vista secándose las lágrimas durante una sesión de preguntas en la Cámara de los Comunes. Este gesto ocurre un día después de que el ejecutivo tuviera que alterar una legislación sobre recortes ante la posibilidad de una revuelta dentro del partido laborista.
La ley en cuestión, que busca modificar el sistema de bienestar actual, fue aprobada en la Cámara Baja el martes pasado. El gobierno hizo concesiones importantes a fin de no limitar los beneficios por discapacidad o enfermedad a quienes ya los reciben, uno de los puntos más controversiales del documento.
Inicialmente, Starmer no mostró un respaldo explícito hacia Reeves durante la sesión, aunque ella estaba justo detrás de él. No obstante, más tarde, desde Downing Street se aseguró que la ministra cuenta con el «pleno apoyo» de Starmer y que «no se va a ir a ninguna parte».
El equipo de Reeves aclaró que sus lágrimas se debían a «un asunto personal» y no a cuestiones políticas, manteniendo la privacidad sobre los detalles, según fuentes de la BBC.
Por otra parte, Kemi Badenoch, líder del Partido Conservador, criticó a Starmer en redes sociales por lo que consideró una falta de apoyo a Reeves, acusándolo de dejarla «humillada» y describiéndola como «su escudo humano para sus giros caros» en su perfil de X.