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Sudán del Sur al borde de una guerra civil tras acusar a su vicepresidente de crímenes contra la humanidad

Sudán del Sur enfrenta la posibilidad de una nueva guerra civil tras acusar a su vicepresidente de crímenes contra la humanidad.

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En los últimos días, Sudán del Sur ha estado al filo de un nuevo conflicto civil que podría destruir los progresos logrados desde el acuerdo de paz de 2018. Esto ocurre después de que las autoridades acusaran a Riek Machar, antiguo líder rebelde y actual vicepresidente primero, de crímenes contra la humanidad, provocando que su partido, el Movimiento de Liberación del Pueblo de Sudán-En Oposición (SPLM-IO), declarase la ruptura del Gobierno de unidad y llamase a sus seguidores a movilizarse para un «cambio de régimen».

Desde su independencia en julio de 2011, el país ha enfrentado crecientes tensiones debido a conflictos en el noreste y retrasos en la implementación del acuerdo de paz. El pacto, que pretendía estabilizar la nación y cerrar heridas de conflictos pasados, ha enfrentado numerosos obstáculos y críticas hacia Kiir y Machar por no avanzar decididamente en su aplicación, en un contexto de corrupción y crisis humanitaria.

El proceso para formar un Gobierno de unidad ha estado marcado por la desconfianza entre Kiir y Machar, con constantes retrasos en la unificación del Ejército, la redacción de la Constitución y la convocatoria de elecciones, a pesar de las críticas internacionales. Además, las maniobras de Kiir para asegurar su sucesión y la tensión sectaria han exacerbado las fricciones, generando temores de violencia intercomunitaria.

La frágil transición se vio comprometida aún más cuando Kiir decidió posponer las elecciones tras anunciar una enmienda constitucional para extender el periodo de transición, lo que ha disminuido las esperanzas de estabilización democrática. La ONU y la troika internacional han expresado preocupación por estos retrasos, resaltando el fracaso colectivo en crear condiciones para elecciones creíbles.

Recientemente, combates en el estado de Alto Nilo entre el Ejército y la milicia White Army, vinculada al SPLM-IO, han intensificado la crisis. Estos enfrentamientos han provocado decenas de muertes y han llevado a las autoridades a poner a Machar bajo arresto domiciliario. A pesar de la disminución reciente de las tensiones militares, la imputación de Machar y otros altos cargos por traición y crímenes contra la humanidad ha llevado al SPLM-IO a pedir un cambio de régimen, poniendo fin al Gobierno de unidad y aumentando los temores de una escalada de violencia.

Human Rights Watch ha instado a un juicio justo para Machar y ha criticado la detención arbitraria y silenciamiento de voces opositoras, subrayando que presentar cargos graves no contribuye a la confianza en la justicia del país. «El desmoronamiento del acuerdo de paz ha venido acompañado de graves abusos de derechos y la erosión del Estado de derecho», han alertado desde la organización.