Este miércoles, el Ejército tailandés ha confirmado que sus fuerzas de seguridad utilizaron gases lacrimógenos y balas de goma para reprimir a un conjunto de ciudadanos de Camboya que se oponían a la instalación de barreras de seguridad en ciertos puntos de la frontera compartida, en el distrito de Khok Sung.
El general Winthai Suware, vocero del Ejército, declaró que los incidentes tuvieron lugar “en territorio soberano de Tailandia” y no en Camboya, subrayando que estos actos constituyen una clara violación de las leyes nacionales. Además, mencionó que varios agentes resultaron heridos por impactos de palos de madera y piedras.
“Las autoridades han permanecido indiferentes y no han adoptado medidas preventivas ni disuasivas. Se trata de una provocación y un intento deliberado de violar los acuerdos de alto el fuego usando a civiles como escudo”, señaló el portavoz.
Además, se afirmó que las acciones policiales para dispersar a los manifestantes camboyanos se realizaron usando “herramientas de dispersión conforme a los estándares internacionales” de uso de la fuerza.
La tensión entre ambos países se intensificó tras el incidente del 28 de mayo, cuando un soldado camboyano fue abatido cerca del templo hindú de Preah Vihear, ubicado en una zona en disputa. A pesar de esto, ambos países asiáticos lograron un acuerdo de tregua hace un mes, poniendo fin a varios días de conflicto armado que resultó en numerosas víctimas.