La primera ministra de Japón, Sanae Takaichi, ha reiterado que un hipotético ataque militar de China a Taiwán podría desencadenar una ‘crisis’ que justificaría la intervención de las Fuerzas de Autodefensa japonesas. Esta declaración se produce tras recibir críticas desde Pekín por sus comentarios anteriores al respecto.
‘Hice las declaraciones en línea con la posición habitual del Gobierno, así que no la retiraré’, declaró Takaichi ante la comisión de Presupuestos de la Cámara de Representantes. Afirmó que un ataque a Taiwán representaría una ‘situación de amenaza a la supervivencia’ para Japón, lo cual podría implicar un despliegue militar para apoyar a Taiwán en caso de un bloqueo naval.
Estas afirmaciones de la mandataria, conocida por sus posturas ultraconservadoras, surgieron tras una pregunta de Hiroshi Ogushi, miembro del Partido Democrático Constitucional, quien solicitó que retirara sus comentarios por el impacto internacional que generan y porque sus antecesores no habían hecho declaraciones similares, reportó Jiji Press.
La primera ministra también destacó que Japón podría ejercer su derecho a la defensa colectiva ante un ataque armado a un Estado aliado, basándose en las condiciones aprobadas en 2015 bajo el gobierno de Shinzo Abe. Este derecho nunca había sido invocado en contextos similares por pasados primeros ministros.
Las declaraciones de Takaichi han intensificado las tensiones con China, especialmente tras un polémico mensaje del cónsul chino en Osaka, Xue Jian, quien afirmó en la red social X: ‘No nos queda más remedio que cortar el sucio cuello que se ha abalanzado sobre nosotros sin dudarlo un instante’. A pesar de la eliminación del mensaje, Xue añadió que cualquier excusa de Japón sería una ‘flagrante violación de las promesas y las normas y una injerencia descarada en los asuntos internos de China’.
En respuesta, el Gobierno japonés, a través del portavoz Minuro Kihara, ha presentado una queja formal ante Pekín y ha calificado la publicación de Xue como ‘extremadamente inapropiada para el jefe de una misión diplomática china’.
Las relaciones entre China y Taiwán, que se rompieron en 1949 tras la guerra civil china, se han mantenido tensas, con Pekín declarando repetidamente que no tolerará la independencia de Taiwán y no descartará el uso de la fuerza para prevenir su secesión.
