Las autoridades instaladas por los talibán en Afganistán desde su retorno al poder en agosto de 2021 han denunciado como “injustas” las sanciones anunciadas el sábado por Australia, adoptadas en respuesta a la situación de los Derechos Humanos en el país, especialmente en lo relativo al trato a mujeres y niñas.
“Estas sanciones son infundadas e injustas”, ha señalado el portavoz del Gobierno afgano, Zabihulá Muyahid, quien ha subrayado que “el Emirato Islámico de Afganistán, su gabinete y sus ministros no tienen interacciones con Australia, ni hay necesidad alguna de tener estas interacciones”.
Por su parte, el portavoz del Ministerio para la Promoción de la Virtud y la Prevención del Vicio, Saiful Salam Jáiber, ha restado importancia al alcance de las medidas y ha sostenido que no se trata de disposiciones novedosas, al tiempo que ha defendido que su aplicación no implica una protección real de los derechos de las mujeres en Afganistán.
“Creen que los afganos deben aplicar la misma cultura y costumbres que tienen ellos en sus propios países. Es una muestra de falta de respeto a nuestros valores culturales y religiosos y una burla de los mismos”, ha afirmado, según ha informado la cadena de televisión afgana Tolo TV.
La ministra de Exteriores de Australia, Penny Wong, hizo público el sábado un nuevo paquete de sanciones financieras dirigidas contra el Gobierno de Afganistán, junto con restricciones de viaje para cuatro altos cargos de la Administración —tres ministros y el presidente del Tribunal Supremo— “por su implicación en la opresión de mujeres y niñas y en el menoscabo de la buena gobernanza o el Estado de derecho”.
Afganistán, inmerso en una profunda crisis económica y humanitaria, afronta al mismo tiempo un endurecimiento de las políticas que limitan aún más la ya reducida presencia de las mujeres en la vida pública y en la sociedad civil afgana, un escenario que se ha deteriorado de forma notable desde el regreso de los talibán al poder hace casi cuatro años.











