Tanzania califica como intento de golpe de Estado las protestas previstas por el Día de la Independencia

Tanzania prohíbe las protestas del Día de la Independencia, las tacha de intento de golpe de Estado y afronta críticas por la dura represión postelectoral.

Archivo - La presidenta de Tanzania, Samia Suluhu Hassan, durante su toma de posesión en noviembre de 2025 en la capital, Dodoma (archivo)Europa Press/Contacto/Tanzania State House/Handout

El Ejecutivo de Tanzania ha definido este lunes como “intento de golpe de Estado” las protestas convocadas para este martes coincidiendo con el Día de la Independencia, subrayando que las autoridades han prohibido dichas concentraciones en un contexto de fuerte tensión por la violenta represión de las movilizaciones opositoras tras las elecciones generales de noviembre.

El ministro del Interior tanzano, George Simbachawene, ha recalcado que “esto no son manifestaciones, ya que no cuentan con permisos ni organizadores identificados. “Se trata de un intento de golpe de Estado”, ha destacado, antes de agregar que “las manifestaciones legales son aquellas en las que se reclama permiso formal, tienen mensaje claro y la Policía está informada”.

En esta línea, ha reiterado que quienes respalden las convocatorias deben ser conscientes de que se consideran actos ilegales. “Si no tienen una razón de peso para salir, no lo hagan para ver lo que está pasando”, ha advertido, al tiempo que ha asegurado que “el Gobierno y la Policía garantizan que se mantendrá la situación de seguridad”, según ha informado el diario tanzano ‘The Citizen’.

“Si eligen salir, no está prohibido, pero porten materiales esenciales y prepárense para responder a preguntas, ya que serán interrogados”, ha trasladado a quienes planean acudir a las protestas, en un escenario marcado por las críticas internacionales al incremento de la represión tras los comicios, en los que la presidenta, Samia Suluhu Hassan, logró un segundo mandato al frente del país.

Las declaraciones de Simbachawene se producen pocos días después de que Naciones Unidas instara a las autoridades tanzanas a que “garanticen las libertades de expresión y asamblea pacífica” de cara a las manifestaciones del 9 de diciembre, tras la muerte de cientos de personas y la detención de varios miles durante la represión posterior a las elecciones.

La propia presidenta de Tanzania ha afirmado recientemente que las protestas postelectorales respondían a un plan para “derrocar” su Ejecutivo. “Lo que ocurrió fue un evento fabricado y quienes lo planearon estaban decididos a derrocar nuestro gobierno. Esto no fue un accidente. Quienes lo organizaron pretendían derrocar a nuestro Estado”, zanjó.

Los comicios, caracterizados por la victoria abrumadora de la mandataria y declarados irregulares por la Unión Africana, desencadenaron una oleada de protestas respondida con una dura actuación de las fuerzas de seguridad que dejó un centenar de fallecidos, según Amnistía Internacional, y más de un millar, de acuerdo con el partido opositor Chadema. Asimismo, las autoridades tanzanas presentaron cargos por traición y conspiración contra cerca de 300 personas.

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