El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado que el movimiento antifascista será clasificado como una organización terrorista nacional. Esta decisión se produce a pesar de que antifa no posee una estructura organizativa definida, ni líderes claros, ni un registro de miembros, y se da en un contexto donde recientemente ha culpado a la ‘izquierda radical’ por el homicidio del activista ultraconservador Charlie Kirk.
‘Me complace informar a nuestros numerosos patriotas estadounidenses que voy a designar a antifa, una organización enferma, peligrosa, radical de izquierdas y desastre, como organización terrorista de gran importancia’, declaró Trump en su plataforma Truth Social.
En un mensaje reciente, Trump también sugirió que ‘recomendaré encarecidamente que se investigue a fondo a quienes financian a antifa, de conformidad con las normas y prácticas legales más estrictas’. La decisión de clasificar a antifa como grupo terrorista fue precedida por acusaciones contra la ‘izquierda radical’ por el asesinato de Kirk el pasado 10 de septiembre, una postura que Trump ya había anticipado en su primer mandato.