El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha dado luz verde este lunes a que la tecnológica Nvidia comercialice en China sus procesadores de inteligencia artificial H200, a cambio de una comisión del 25 por ciento sobre el volumen total de ventas.
Trump ha comunicado su decisión en su red social Truth Social, explicando que el presidente chino, Xi Jinping, ya ha sido notificado y ha expresado su conformidad con el acuerdo, tramitado “bajo condiciones que permitan una sólida seguridad nacional”, según ha señalado el propio mandatario estadounidense.
“Esta política”, ha asegurado Trump, “respaldará el empleo estadounidense, fortalecerá la industria manufacturera estadounidense y beneficiará a los contribuyentes estadounidenses”. Asimismo, ha añadido que “el Departamento de Comercio está ultimando los detalles, y el mismo enfoque se aplicará a AMD, Intel y otras grandes empresas estadounidenses”.
La autorización para exportar los H200 se interpreta como un punto intermedio frente al plan previo de Nvidia de suministrar a clientes chinos sus chips Blackwell, de tecnología más avanzada, según indicó a Bloomberg una fuente conocedora de las conversaciones antes de que se hiciera público el anuncio.
Un entendimiento anterior, impulsado también por Trump, contemplaba que Nvidia y AMD abonasen un porcentaje de sus ingresos generados en China por la venta de chips de IA en ese mercado. Sin embargo, ese esquema nunca llegó a traducirse en pagos efectivos al no aprobarse la normativa necesaria para darle respaldo legal. La resistencia de Pekín a estas exportaciones y la consiguiente caída del interés entre los compradores chinos terminaron por dejar en suspenso esa propuesta.
La apertura para vender el H200 en China supone un triunfo para Nvidia en su campaña para que Trump y el Congreso relajen los controles de exportación que han limitado la venta de sus procesadores de IA a la segunda mayor economía del planeta. Su fundador, Jensen Huang, ha estrechado la relación con Trump desde las elecciones de noviembre de 2024 y ha aprovechado ese vínculo para defender que las restricciones actuales solo favorecen a competidores chinos punteros como Huawei Technologies Co.
El mes pasado, Huang cifró en 50.000 millones de dólares el tamaño potencial del mercado chino para Nvidia, aunque por el momento la compañía mantiene fuera de sus previsiones los ingresos procedentes de centros de datos en ese país. “Nos encantaría tener la oportunidad de volver a conectar con el mercado chino”, declaró Huang en una entrevista con Bloomberg Television.
Nvidia obtuvo además otro respaldo en el Congreso la semana pasada, cuando los legisladores retiraron de la ley de defensa, de obligado cumplimiento, una cláusula que habría restringido de forma notable la capacidad de la empresa para vender sus chips de IA más avanzados a China y a otros países considerados adversarios.
La denominada Ley GAIN de IA habría impuesto a fabricantes como Nvidia y AMD la obligación de priorizar a los clientes de Estados Unidos en el acceso a sus procesadores de IA de altas prestaciones antes de poder suministrarlos a China y a otras naciones sujetas a embargos de armas.
Cualquier relajación en los actuales límites a la exportación supondría un giro de calado respecto a las normas implantadas desde 2022, diseñadas para impedir que Pekín y sus Fuerzas Armadas accedieran a las tecnologías estadounidenses más avanzadas.











