El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha defendido que su actual campaña de presión sobre Venezuela “trata de muchas cosas”, eludiendo aclarar si el petróleo es el objetivo central, un día después de la incautación de un petrolero cargado con crudo venezolano frente a las costas del país sudamericano.
Ante los periodistas reunidos en el Despacho Oval de la Casa Blanca, Trump ha explicado que “Se trata de muchas cosas, pero una de ellas es el hecho de que han permitido que millones de personas entren en nuestro país procedentes de sus cárceles, de bandas, del mundo del narcotráfico y de instituciones psiquiátricas. Probablemente, en proporción, más que nadie”.
El dirigente estadounidense ha sido cuestionado sobre si su “campaña” respecto a Caracas responde únicamente al combate contra el narcotráfico —argumento que la Administración ha utilizado hasta ahora para justificar sus acciones contra embarcaciones en el Caribe y el Pacífico— o si también persigue el control del crudo venezolano.
En su respuesta, el republicano ha centrado el foco en la migración, subrayando que “han venido de muchos países” y celebrando que “los estamos expulsando. “Han entrado en nuestro país 11.888 asesinos. Muchos de ellos son de Venezuela. Tuvimos miles de miembros de la banda Tren de Aragua, que dicen que es la banda más violenta. No sé, la MS-13 (Mara Salvatrucha) es bastante mala, pero dicen que Tren de Aragua es la banda más violenta que ha salido de las cárceles de Venezuela”, ha manifestado.
Trump ha insistido en que “Tiene que ver con muchas cosas. Nos han tratado mal y supongo que ahora nosotros no les estamos tratando tan bien”, antes de asegurar que el tráfico de drogas por vía marítima se ha reducido “un 92 por ciento” y de reiterar su advertencia sobre una posible intervención militar directa en Venezuela. “También empezaremos a hacerlo en tierra. Empezará en tierra muy pronto”, ha añadido.
Estas palabras llegan tras la incautación de un buque que, según el Gobierno de Nicolás Maduro, transportaba 1,9 millones de barriles de petróleo, un episodio que ha llevado a Caracas a presentar una queja formal contra Washington ante la Organización Marítima Internacional (OMI).











