La administración del presidente estadounidense Donald Trump ha flexibilizado las condiciones de visado para los ciudadanos de Hungría. Esta medida, que modifica restricciones previas impuestas durante el mandato de Joe Biden, se interpreta como un acercamiento político hacia el primer ministro húngaro, Viktor Orbán.
Desde el Departamento de Seguridad Interior de Estados Unidos, se ha hecho oficial que a partir del próximo 20 de septiembre, los visados otorgados a húngaros tendrán una validez de dos años, lo que supone duplicar la duración actual, además de permitir múltiples ingresos al país en lugar de una única entrada.
Tricia McLaughlin, secretaria adjunta de Seguridad Interior, ha destacado que Hungría ha cumplido con los estándares de seguridad exigidos por Estados Unidos. En sus palabras, “Al igual que el presidente Trump, el primer ministro Orbán está comprometido con mantener seguras las fronteras y vigilar quién entra en su país”. Además, ha enfatizado la “fuerte alianza de seguridad” entre ambas naciones y ha señalado que proteger las fronteras contribuye a la seguridad global, por lo que los países que lo hacen “deberían ser recompensados”.