El domingo, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, sostuvieron una conversación telefónica para discutir la próxima ofensiva militar que Israel planea ejecutar en Gaza y en los campamentos de desplazados de la costa central del territorio.
«El primer ministro Benjamin Netanyahu ha hablado ahora con el presidente estadounidense Donald Trump», comunicó la oficina de Netanyahu después de una rueda de prensa con medios internacionales, donde defendió su posición enérgicamente a pesar de la oposición de algunas facciones del Ejército israelí y la preocupación por una posible intensificación de la crisis humanitaria en el área.
Durante la llamada, «ambos discutieron los planes de Israel de tomar el control de los bastiones restantes de Hamas en Gaza para poner fin a la guerra a través de la liberación de los rehenes y la derrota de Hamás».
Netanyahu «agradeció a Trump su fuerte apoyo a Israel desde el comienzo de la guerra», según el comunicado oficial.
La semana pasada, Trump se negó a describir las acciones del Ejército israelí en Gaza como un genocidio y ha dejado la mayoría de las decisiones estratégicas en manos de Netanyahu.
Como presidente de los Estados Unidos, Trump ha enfatizado que su principal objetivo es asegurar la entrega de ayuda humanitaria a través de los centros gestionados por la controvertida Fundación Humanitaria para Gaza, que ha sido criticada por expertos de la ONU y diversas ONG como potencialmente perjudicial para los palestinos.
«Queremos que Israel alimente a esta gente. Estamos haciendo contribuciones considerables, básicamente para comprar comida y alimentar a la gente. No queremos que la gente pase hambre ni que se muera de hambre», afirmó Trump anteriormente.