El presidente Donald Trump ha autorizado la movilización de la Guardia Nacional hacia Memphis y la formación de una «Fuerza Especial de Seguridad» en la ciudad. Esta decisión busca combatir lo que se describe como delincuencia violenta en las calles mediante un conjunto de medidas, incluida la «saturación a gran escala de los barrios asediados con personal policial».
«El secretario de Guerra (Pete Hegseth) solicitará al gobernador de Tennessee (Bill Lee), (…) que ponga a disposición unidades de la Guardia Nacional de Tennessee para apoyar las operaciones de seguridad pública y aplicación de la ley en Memphis», indica el documento emitido por la Casa Blanca.
El memorando también contempla la creación de una «Fuerza Especial de Seguridad de Memphis» destinada a «erradicar la delincuencia callejera y violenta». Según el documento, esta fuerza empleará tácticas como «una vigilancia policial rigurosa, un procesamiento judicial agresivo, investigaciones complejas, la aplicación de medidas financieras y la saturación a gran escala de los barrios asediados con personal policial».
Además, se encargará de reforzar la ley federal de inmigración y coordinar la aplicación rigurosa de las leyes relacionadas con la calidad de vida y seguridad pública, incluyendo la gestión de «disturbios y manifestaciones no permitidos». Esta unidad informará directamente al presidente a través de su asesor Stephen Miller y contará con representantes de varios departamentos gubernamentales, además de poder solicitar la cooperación de las autoridades locales de Tennessee, Arkansas y Mississippi.
Trump firmó el memorando en el Despacho Oval, donde destacó que esta iniciativa es una continuación de otras operaciones similares en Washington y Los Ángeles, aunque un juez federal ha cuestionado la legalidad de estas acciones. Trump también señaló que Chicago podría ser el próximo objetivo de una operación similar, tras haber mencionado posibles intervenciones en Baltimore y Nueva Orleans.