El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha aplaudido este domingo el alto el fuego provisional alcanzado entre Tailandia y Camboya, que atribuye a sus gestiones de mediación. Según sostiene, sus intervenciones han contribuido a frenar varios conflictos en lo que va de año y refuerzan la idea de que su país podría estar actuando como relevo de Naciones Unidas en materia de iniciativas de paz.
En un mensaje publicado en su red Truth Social, Trump ha trasladado su enhorabuena a los dirigentes de Tailandia y Camboya por acordar la suspensión temporal de las hostilidades tras tres semanas de enfrentamientos fronterizos, que han dejado alrededor de un centenar de fallecidos, antes de subrayar que “Estados Unidos, como siempre, se enorgulleció de ayudar”.
A continuación, Trump reiteró que su papel como mediador le ha permitido frenar “ocho guerras durante los últimos once meses”, una afirmación que repite con frecuencia al repasar lo que considera sus grandes éxitos como pacificador en el ámbito de la política exterior.
El mandatario presume de haber contribuido a detener conflictos como el del este de República Democrática del Congo, el enfrentamiento entre Armenia y Azerbaiyán o la escalada de este año entre India y Pakistán. No obstante, algunos de estos choques siguen activos, como en el caso del país africano, o bien se han encauzado mediante contactos directos entre las partes, tal y como sostienen tanto Nueva Delhi como Islamabad.
En la región de Oriente Próximo, Israel continúa llevando a cabo ataques casi diarios sobre Gaza pese al alto el fuego formalmente vigente, mientras el Ejército israelí denuncia incursiones contra sus posiciones dentro del enclave palestino.
Trump terminó enlazando estos episodios con una crítica a la utilidad de Naciones Unidas, al plantear que “quizás Estados Unidos se ha convertido en la verdadera ONU, que ha sido de muy poca ayuda en ninguno de estos casos, incluyendo el desastre actual entre Rusia y Ucrania”.
“La ONU debe empezar a participar activamente en la PAZ MUNDIAL”, remató el presidente norteamericano, un veterano detractor de la organización internacional y de sus distintas agencias desde su primer mandato.