El Ejército ucraniano ha reconocido su rol en una ofensiva que ha cortado el suministro de crudo ruso a Hungría a través del oleoducto Druzhba, acción que previamente había causado protestas del Gobierno húngaro.
Desde el Estado Mayor de Ucrania, se ha emitido un comunicado detallando el ataque a una estación de bombeo de petróleo situada en Nikolskoye, dentro de la región de Tambov en Rusia. Este ataque desencadenó un incendio en la infraestructura mencionada.
Según las autoridades de Kiev, el bombardeo a estas instalaciones, que apoyan el suministro a las fuerzas rusas en Ucrania, es considerado un blanco legítimo dado que son parte de la ‘infraestructura económica’ de Moscú.
Por su parte, el ministro de Exteriores de Hungría, Péter Szijjártó, ha criticado duramente la acción, calificándola de ‘inaceptable’ y un ataque contra la seguridad energética de su nación. Ha expresado que tanto Kiev como la Unión Europea han intentado durante más de tres años ‘arrastrar a Hungría al conflicto ucraniano’, situando este incidente dentro de esos esfuerzos.
‘Seré claro: esta no es nuestra guerra. No tenemos nada que ver con ella y, mientras estemos al mando, Hungría quedará fuera de ella’, declaró, alineándose con la postura que ha mantenido el primer ministro Viktor Orbán, quien sigue manteniendo relaciones con Rusia a pesar de la invasión a Ucrania.
