Este sábado, las autoridades militares de Ucrania han confirmado una nueva ofensiva sobre la refinería de Rosneft situada en Riazán, una de las instalaciones más importantes de Rusia. Aunque los funcionarios locales sólo han verificado la interceptación de drones ucranianos cerca de una instalación no especificada, cuyos fragmentos se han dispersado por sus alrededores.
Según el mando militar ucraniano, este ataque forma parte de una estrategia para «reducir la capacidad de ataque aéreo de Rusia», tal como se comunicó a través de Telegram. El impacto de esta acción ha sido considerable, ocasionando «explosiones y un incendio de gran magnitud en las instalaciones».
Este es el segundo ataque en un mes contra esta refinería, que se localiza a 193 kilómetros al sureste de Moscú y es una de las cinco más grandes del país, con una capacidad de procesamiento diario de aproximadamente 340.000 barriles de petróleo.
El gobernador de la región de Riazán, Pavel Malkov, reveló mediante Telegram que los restos de 25 drones derribados causaron un incendio en la planta, sin dar más detalles. Por su parte, el Ministerio de Defensa de Rusia ha reportado la interceptación de 64 drones en distintas áreas durante la noche.
