En una reciente reunión, los ministros de Medio Ambiente de la Unión Europea han consensuado una meta provisional para la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero para 2035, estableciendo un rango de entre el 66,25% y el 72,5% en comparación con los niveles de 1990. Esta decisión forma parte de las contribuciones nacionales (NDC) requeridas por el Acuerdo de París.
La declaración, aunque no es vinculante, será presentada en la Asamblea General de las Naciones Unidas la próxima semana, marcando un paso preliminar en las discusiones sobre la futura legislación climática de la UE, que apunta a una reducción del 90% para 2040.
El acuerdo refleja una línea de acción que toma como referencia los objetivos climáticos de la UE para 2030 y 2050, así como las metas actuales y propuestas para 2040 que están siendo debatidas.
Existe una división dentro del Consejo Europeo, con países como España que muestran una mayor ambición climática frente a otros como Alemania, Francia o Italia, que solicitan más flexibilidades para cumplir estos objetivos. En un intento de conciliar estas diferencias, la presidencia danesa del Consejo ha propuesto esta declaración no vinculante, esperando que la UE no se presente «con las manos vacías» a la Asamblea General de Naciones Unidas.
«Es un objetivo realmente ambicioso, con un porcentaje comprendido entre el 66,25% y el 72,5%, claramente en consonancia con el Acuerdo de París y, en mi opinión, muy útil para articular el rumbo que quiere tomar la UE», declaró Wopke Hoekstra, comisario europeo de Clima. Por su parte, Lars Aagaard, ministro danés de Clima y presidente del Consejo, indicó que tras la cumbre de líderes a finales de octubre, se convocará un Consejo extraordinario para aprobar finalmente los objetivos antes de la COP30.















