QUIÉN ES QUIÉN
A MANO ALZADA
El último liderazgo de las desaparecidas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) ha admitido frente a la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) el reclutamiento forzado de más de 18,000 niños durante el conflicto armado en Colombia.
«Reconocemos con profundo dolor que el reclutamiento y utilización de niñas, niños y adolescentes fue un hecho injustificable que marcó de manera irreversible la vida de quienes fueron involucrados, de sus familias y de sus comunidades. Fue una herida colectiva que dejó cicatrices hondas en el tejido social», expresa la carta emitida desde Bogotá y difundida por Caracol Radio.
Seis antiguos comandantes del secretariado subrayaron que asumen «con responsabilidad» lo ocurrido y su «firme compromiso de aportar a la verdad, la reparación y la no repetición». Además, enfatizaron la necesidad de no solo reconocer los actos, sino también de contextualizarlos y contribuir a una verdad completa y útil.
En la carta, se comprometen a promover iniciativas de reparación y han solicitado «una única resolución de conclusiones, así como la unificación de los diferentes hechos y conductas investigados por la Jurisdicción».
Entre los excomandantes reconocidos, se encuentra Rodrigo Londoño, alias ‘Timochenko’, actual líder del partido Comunes, quien admitió su responsabilidad tras ser señalados como «máximos responsables» de estos crímenes por la Sala de Reconocimiento de la JEP.
Esta Sala, parte del sistema especial de justicia de Colombia, concluyó que los menores no solo fueron obligados a combatir, sino que también sufrieron violencia sexual, torturas, desapariciones y asesinatos.
Aunque inicialmente Londoño negó estos reclutamientos, más adelante rectificó y mencionó «casos excepcionales» que no contaban con su consentimiento.
Los imputados en el caso denominado 007 abierto por la JEP en marzo de 2019 también incluyen a notorios exmiembros guerrilleros como Julián Gallo, conocido como ‘Carlos Antonio Lozada’, Pastor Alape, y Jorge Torres Victoria, alias ‘Pablo Catatumbo’.
