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Un informe descarta restos de explosivos en el avión siniestrado en Kazajistán en 2024

Un informe de Azerbaiyán descarta restos de explosivos en el avión siniestrado cerca de Aktau en 2024, aunque mantiene la hipótesis de fragmentos de misiles.

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Bandera de Azerbaiyán (Archivo) Europa Press/Contacto/Maksim Konstantinov

Bandera de Azerbaiyán (Archivo) Europa Press/Contacto/Maksim Konstantinov

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Un informe difundido este jueves por el Ministerio de Transporte de Azerbaiyán sobre el siniestro del avión de Azerbaijan Airlines, que se estrelló el 25 de diciembre de 2024, concluye que no se han detectado restos de explosivos, después de que se barajara que el accidente pudiera haberse debido al impacto de fragmentos de misiles.

“Según los resultados del examen, no se encontraron rastros de explosivos en los tres cilindros sometidos a examen”, indica el documento, que mantiene abierta la posibilidad de que el aparato resultara alcanzado por fragmentos de ojivas, aunque por el momento no se ha establecido de dónde proceden.

El avión, que se precipitó a tierra en diciembre de 2024 en las cercanías de Aktau mientras cubría la ruta entre la capital azerí, Bakú, y Grozni, capital de la república rusa de Chechenia, registró daños en las conducciones del sistema hidráulico a causa de varias roturas provocadas por el impacto con cuerpos sólidos, en concreto restos metálicos externos fabricados con una aleación a base de acero.

En octubre de 2025, el presidente ruso, Vladimir Putin, afirmó que los dos misiles lanzados por las defensas antiaéreas rusas tras detectar tres drones ucranianos en el espacio aéreo de Grozni no golpearon directamente al aparato, sino que detonaron a escasa distancia.

Según el dirigente ruso, los desperfectos en la aeronave se habrían originado no por un impacto directo de los misiles, sino por la metralla. El comandante interpretó el choque como un encuentro con una bandada de aves y lo comunicó a los controladores rusos, que ordenaron a la tripulación intentar un aterrizaje en Majachkalá, en la región rusa de Daguestán.

Sin embargo, la tripulación interrumpió las maniobras de aterrizaje de emergencia debido a la densa niebla sobre Grozni y optó por dirigirse a Aktau, donde finalmente se produjo el accidente. En total, 38 de las 67 personas que viajaban a bordo perdieron la vida.

Aun cuando Putin sostuvo que la responsabilidad última recaía en los drones ucranianos, el presidente ofreció disculpas por lo que calificó de “tragedia” y expresó sus condolencias a los familiares y allegados de las víctimas mortales.

En las primeras horas tras el siniestro se llegó a plantear que una bombona de oxígeno habría explotado dentro del aparato, lo que habría provocado que los pilotos perdieran el control. Las autoridades de Ucrania señalaron a Moscú como responsable del suceso, que dejó además casi una treintena de heridos.