Al menos un miembro de las fuerzas de seguridad sirias ha perdido la vida y un número aún no concretado de personas ha resultado herido tras un nuevo episodio de violencia en la ciudad costera de Latakia. El incidente se ha producido mientras cientos de integrantes de la comunidad alauí participaban en una de las numerosas protestas convocadas este domingo en distintas zonas del país para exigir la implantación de una estructura federal en el sistema de gobierno.
La muerte del agente ha sido confirmada por la agencia oficial siria SANA, que atribuye la responsabilidad del ataque a individuos vinculados a los restos del “régimen extinto” del expresidente Bashar al Assad, quien abandonó el país en diciembre de 2024 ante el avance de grupos yihadistas y facciones rebeldes en dirección a Damasco.
Las movilizaciones de este domingo han sido impulsadas por el jeque Ghazal Ghazal, máximo responsable del Consejo Islámico Supremo Alauí de Siria. Esta figura religiosa y política ha ganado un peso notable en el panorama nacional a lo largo de este año y ya el mes pasado encabezó otra oleada de manifestaciones similares de su comunidad, que desde hace meses denuncia que sufre discriminación por parte de las nuevas autoridades únicamente por compartir credo con el depuesto mandatario sirio.
En esta ocasión, las marchas se desarrollan bajo el impacto del atentado perpetrado el pasado viernes en una mezquita situada en un barrio de mayoría alauí en la ciudad de Homs, en el oeste del país. El ataque dejó al menos ocho fallecidos y cerca de 20 heridos, y ha sido reivindicado por el grupo extremista suní Ansar al Sunna, hasta ahora relativamente poco conocido en el escenario sirio.
La cifra de víctimas registrada durante las protestas de hoy sigue siendo provisional y podría variar en las próximas horas. De hecho, fuentes de la cadena Syria TV informan de otros dos fallecidos y 48 heridos adicionales entre Latakia y Tartús, mientras que activistas del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos elevan también a dos los muertos y acusan a las fuerzas de seguridad de agravar las tensiones con incursiones en otros focos de protesta como Jablé, Banias y la propia Homs.