La UNESCO ha expresado una firme condena tras el hurto de ocho valiosas piezas de joyería en el Museo del Louvre, subrayando el peligro que este acto representa para la preservación, estudio y difusión de objetos de valor histórico, y cómo esto potencia el tráfico internacional de artefactos culturales, advirtiendo sobre las “graves consecuencias” que esto podría acarrear.
“La UNESCO insta tanto a los profesionales como al público involucrado en el comercio de bienes culturales a que extremen la vigilancia y se abstengan de adquirir o participar en la importación, exportación o transferencia de propiedad de dichos bienes de conformidad con la Convención de la UNESCO de 1970”, comunicó la organización.
Además, ha recordado que el comercio ilegal de artefactos culturales “no conoce fronteras” y está vinculado con “el blanqueo de capitales, el fraude fiscal y, en ocasiones, incluso la financiación de actividades terroristas”.
“Ante esta lacra, la UNESCO lleva décadas trabajando (…) para fortalecer los marcos jurídicos, capacitar a profesionales del patrimonio y funcionarios de aduanas, y concienciar al público”, destacó la entidad, mencionando también la reciente inauguración del Museo Virtual de Bienes Culturales Robados para aumentar la “concienciación” y “dar visibilidad” a esta problemática.
La fiscal de París, Laure Beccuau, reveló que el valor estimado de las joyas sustraídas del Louvre asciende a 88 millones de euros. El incidente ocurrió el domingo, justo después de la apertura del museo, lo que llevó a la evacuación de todos los asistentes. Aún no se han ofrecido detalles sobre los posibles autores del robo, que accedieron al lugar utilizando un montacargas y en pleno día.