El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha alertado que el derrumbe de los servicios fundamentales «deja a los más jóvenes y los más vulnerables» en Gaza «luchando por sobrevivir». Este desplome ocurre en medio de la ofensiva israelí en la Franja, que ha resultado en más de 64.200 fallecidos desde octubre de 2023, incluyendo 370 víctimas por inanición.
«Solo 44 de los 92 centros ambulatorios de nutrición apoyados por UNICEF en la ciudad de Gaza siguen funcionando, privando a miles de niños desnutridos de más de la mitad de los recursos vitales de los que dependen para combatir la hambruna», explicó Tess Ingram, directora de comunicaciones de UNICEF para Oriente Próximo y el norte de África.
Tess Ingram resaltó que «la desnutrición y la hambruan están debilitado el cuerpo de los niños, ya que el desplazamiento les previa de refugio y cuidados, y los bombardeos amenazan cada uno de sus movimientos». «Así se ve la hambruna en una zona de guerra, y se veía en todas partes en la ciudad de Gaza», agregó con pesar.
«La ciudad de Gaza, el último refugio para las familias en el norte de la Franja de Gaza, se está convirtiendo rápidamente en un lugar donde la infancia no puede sobrevivir», declaró Ingram, asegurando que «una hora en una clínica de nutrición es suficiente para borrar cualquier duda sobre si hay hambruna» en el enclave palestino.
La funcionaria de UNICEF describió las salas de espera «abarrotadas», con padres llorando y niños «luchando contra el doble golpe de la enfermedad y la desnutrición, madres que no pueden amamantar, bebés que pierden la visión, el pelo y la fuerza para caminar».
Además, criticó que «la ayuda es escasa y el mercado es demasiado caro», ya que los niños reciben un plato al día de la cocina comunitaria, casi siempre lentejas o arroz, y que comparten con la familia. En este contexto, hay menores que se han recuperado tras haber recibido tratamiento por desnutrición y que, tras el bloqueo de la ayuda con el fin del alto el fuego de marzo, empeoraron.
«Los horrores en Gaza se han prolongado tanto que niños como Jana regresan a urgencias o sufren recaídas tan solo unas semanas después de terminar el tratamiento contra la desnutrición debido a la continua falta de alimentos, agua potable y otros suministros esenciales», relató, mencionando a una niña que conoció en abril de 2024 y que fue evacuada en ambulancia del norte al sur de Gaza por esta razón.
Ingram instó a un alto el fuego y solicitó a Israel que revise sus reglas de intervención para garantizar la protección de los niños y que permita la entrada de ayuda humanitaria suficiente para la población palestina en Gaza, así como el acceso seguro de los trabajadores humanitarios. También pidió la protección de los civiles y las infraestructuras esenciales, como hospitales o escuelas.
«Y, por último, a la comunidad internacional, especialmente a los Estados y a las partes interesadas, a utilizar su influencia para poner fin a esto. Si no es ahora, ¿cuándo? Porque el coste de la inacción se medirá en las vidas de niños sepultados bajo los escombros, consumidos por el hambre y silenciados antes siquiera de tener la oportunidad de hablar. Lo impensable en la ciudad de Gaza ya ha comenzado», concluyó.