El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha advertido de que el brote de cólera que sufre actualmente la República Democrática del Congo se ha convertido en el más severo registrado en el país africano en lo que va de siglo. Desde comienzos de año se han contabilizado 64.427 contagios y 1.888 muertes, de las cuales 348 corresponden a menores.
El avance de la enfermedad, que afecta ya a diecisiete de las 26 provincias congoleñas, está teniendo un efecto devastador, en particular sobre la población infantil. Muchos niños han visto interrumpida su escolarización y se enfrentan al trauma de perder a familiares y amigos. La proporción de casos en menores cambia según la región, pero a escala nacional ronda el 23,4 por ciento.
Uno de los episodios más dramáticos se ha producido en un hogar comunitario de Kinshasa, donde 16 de los 62 niños que residían allí fallecieron en cuestión de días después de que el cólera se propagara por el orfanato.
“Los niños no deberían verse tan gravemente afectados por una enfermedad totalmente prevenible”, ha declarado el representante de UNICEF en la República Democrática del Congo, John Agbor.
La crisis se agrava por el acceso muy limitado a servicios de agua potable y saneamiento, un problema estructural que alimenta la persistencia del cólera en el país. De acuerdo con la Encuesta Demográfica y de Salud (EDS) 2024-2025, únicamente el 43 por ciento de la población dispone de servicios básicos de agua —la tasa más baja de todo el continente africano— y solo el 15 por ciento cuenta con saneamiento básico.
A esta situación se suman los conflictos armados, sobre todo en el este del país, que provocan desplazamientos masivos y dificultan el acceso a la atención sanitaria. También influyen los fenómenos climáticos extremos y una urbanización acelerada y sin planificación, que ha generado urbes densamente pobladas y ha desbordado las infraestructuras de agua, saneamiento e higiene.
En áreas con poca experiencia previa con el cólera, como Kinshasa, la falta de información sobre la enfermedad y los retrasos a la hora de acudir a los servicios médicos están derivando en tasas de mortalidad inusualmente elevadas.
“UNICEF alienta a nuestros aliados gubernamentales a aumentar las inversiones en agua, saneamiento, higiene y servicios de salud, especialmente en las zonas con mayor incidencia de cólera, para proteger mejor la salud y el bienestar de las familias y los niños congoleños”, ha añadido el responsable de UNICEF. El organismo calcula que necesitará alrededor de 5,5 millones de euros en 2026 para asegurar que el mecanismo de respuesta rápida frente al cólera disponga de la financiación necesaria.











