El gobierno de Estados Unidos ha confirmado el retorno de un niño estadounidense que estaba en un campo de desplazados en el noreste de Siria, donde se albergan familiares de miembros del Estado Islámico.
En un comunicado emitido, el Departamento de Estado expresó que la repatriación se realizó ‘la semana pasada’ y destacó la cooperación de la Policía Federal (FBI), la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) y el Pentágono, que han ‘dado a este niño, que no conoce nada de la vida fuera de los campos, un futuro libre de la influencia y los peligros del terrorismo de Estado Islámico’.
Además, desde la diplomacia norteamericana se ha hecho un llamado a otros países para que repatrien a sus ciudadanos de dichos campamentos, los cuales albergan a cerca de 30,000 individuos de más de 70 nacionalidades, siendo la mayoría niños menores de 12 años. Estos niños ‘merecen una oportunidad de vivir fuera de los campos’, argumentó.
‘Al igual que hacemos con nuestros propios ciudadanos, todos los países deben asumir la responsabilidad de sus ciudadanos en el noreste de Siria y no esperar que otros resuelvan el problema por ellos. También deben compartir la carga que supone el cuidado y la repatriación de sus ciudadanos’, declaró el Departamento de Estado, subrayando que ‘la única solución duradera a la crisis humanitaria y de seguridad en el noreste de Siria es que los países de origen repatríen, rehabiliten, reintegren y, cuando proceda, garanticen la rendición de cuentas de sus nacionales’.
Finalmente, Washington agradeció a las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) por su cooperación, transmitiendo ‘(su) más sincero agradecimiento (…) por su ayuda para facilitar esta repatriación y su compromiso para garantizar la derrota definitiva de Estado Islámico’.











