Los partidos Unión Brasil y Progresistas (PP) han comunicado oficialmente que abandonarán el gabinete presidido por Luiz Inácio Lula da Silva. Han instruido a sus miembros en puestos gubernamentales a presentar su renuncia.
Antônio Rueda y Ciro Nogueira, líderes de ambas agrupaciones, han hecho pública su decisión en el Congreso, advirtiendo que «en caso de (su) incumplimiento, los dirigentes de esta federación en sus estados serán destituidos definitivamente». Además, han aclarado que «Si la permanencia persiste, se les aplicarán las sanciones disciplinarias previstas en el estatuto», siendo una medida que refuerza la postura de más de 100 congresistas de la alianza Unión Progresista.
En su declaración, argumentan que la decisión busca la «claridad y coherencia» que «es lo que el pueblo y los votantes brasileños exigen de sus representantes».
Esta acción implicaría la renuncia de los ministros de Turismo, Celso Sabino; Desarrollo Regional, Waldez Góez; y Comunicaciones, Frederico de Siqueira de Unión Brasil, y de André Fufuca de los Progresistas como ministro de Deportes. También podrían verse afectados Davi Alcolumbre, presidente del Senado, y Carlos Vieira, presidente de la Caixa Econômica Federal.
La ministra de Relaciones Institucionales, Gleisi Hoffmann, ha expresado en redes sociales que «respetamos la decisión de UP». «Nadie está obligado a permanecer en el Gobierno. Tampoco pedimos que nadie se vaya. Pero quienes permanezcan deben estar comprometidos con el presidente Lula y las principales agendas que este Gobierno defiende, como la justicia fiscal, la democracia, el Estado de derecho y nuestra soberanía. Deben colaborar con nosotros para que la agenda del gobierno sea aprobada en el Congreso Nacional», concluyó Hoffmann.