Varios cohetes han sido lanzados contra el aeropuerto de Kirkuk, situado en el norte de Irak, y una zona residencial cercana. Hasta el momento, no se ha identificado a los autores del ataque.
El Aeropuerto Internacional de Kirkuk comunicó a través de una publicación en Facebook que «no han sufrido pérdidas materiales o humanas» y enfatizó que «no hay daños ni problemas técnicos en el aeropuerto, ya sea en su pista de aterrizaje civil o en su infraestructura u operaciones».
Además, aseguraron que «Los vuelos continúan con normalidad, en línea con los horarios previstos y con los estándares de seguridad aprobados por la Organización Internacional para la Aviación Civil (OIAC)», y solicitaron a la ciudadanía que «no haga caso a rumores maliciosos o noticias engañosas».
Según fuentes de seguridad mencionadas por INA, dos de los cohetes cayeron en la base militar dentro del aeropuerto, que aloja a soldados del Ejército de Irak y a miembros de las Fuerzas de Movilización Popular (FMP).
El gobernador de Kirkuk, Rebuar Taha, declaró a la cadena Rudaw que el tercer cohete impactó en una vivienda del barrio de Al Uruba, causando únicamente «daños materiales en una de las casas» y afirmó: «No hay víctimas».
El 24 de junio, el Gobierno iraquí condenó ataques previos con drones, descritos como «crueles y traicioneros», contra diversas instalaciones y bases militares. Afirmaron que estos ataques provocaron «daños graves» en sistemas de radar y otros equipos, aunque «No hay víctimas». Anunciaron también la creación de un comité técnico para «investigar las circunstancias del ataque e identificar a los responsables».