El arzobispo Gabriele Caccia, representante de la Santa Sede ante la ONU, ha insistido en la urgencia de rediseñar la estructura global de la deuda, que «tenga en cuenta la vulnerabilidad de los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo (SIDS, por sus siglas en inglés), promueva la justicia ambiental y ponga en el centro la dignidad humana», de acuerdo con lo reportado por Vatican News.
«Es imposible eliminar la pobreza cuando 3.400 millones de personas viven en países que gastan más en el pago de intereses que en atención sanitaria y educación», expresó en Nueva York (EEUU) durante su participación en el Foro Político de Alto Nivel sobre los SIDS y los países africanos menos desarrollados, sin acceso al mar y de ingresos medios.
En sus declaraciones, el arzobispo mencionó que «casi el 40%» de los SIDS «ya enfrenta dificultades de deuda o alto riesgo» y tocó temas como la «deuda ecológica, en particular entre el norte y el sur del mundo». Según él, esta deuda está ligada a «los desequilibrios comerciales con efectos sobre el medio ambiente y al uso desproporcionado de los recursos naturales por parte de algunos países», mientras que «los más pobres y vulnerables, incluidos los SIDS, soportan la mayor carga de los impactos climáticos».
Además, ha pedido una reducción inmediata de la deuda mediante la condonación y reestructuración de la misma, y ha abogado por el acceso a financiamiento con condiciones favorables para las naciones más necesitadas, especialmente en África y países sin litoral. Considera que la reducción de la deuda es una oportunidad para que estos países inviertan en infraestructura, salud y educación.















