Venezuela acusa a Estados Unidos de una amenaza sin precedentes en comunicado a Guterres

Archivo - El ministro de Exteriores de Venezuela, Yvan Gil Europa Press/Contacto/Chepa Beltran - Archivo

El Gobierno de Venezuela ha presentado una acusación formal este jueves contra Estados Unidos por una «nivel de amenaza sin precedentes» debido a su presencia militar en el Caribe, mediante una misiva enviada al secretario general de Naciones Unidas, António Guterres. En la carta, Caracas pide a Guterres «exhortar» a Washington a cesar dichas operaciones y respetar «la soberanía, integridad territorial e independencia» de la nación sudamericana.

Yván Gil, ministro de Exteriores venezolano, comunicó mediante un anuncio en Telegram que se ha realizado «entrega de una comunicación oficial» a Guterres, señalando «los más recientes y peligrosos desarrollos de la política de hostigamiento del Gobierno de Estados Unidos contra (su) país».

«El Gobierno venezolano ha dejado claro que estas agresiones, que han venido escalando en los últimos años mediante sanciones ilegales, campañas de descrédito, desconocimiento de las instituciones legítimas de Venezuela y judicialización con fines politicos, han alcanzado en la actualidad un nivel de amenaza sin precedentes con el despliegue militar estadounidense en el Caribe», explicó Gil.

La preocupación se ha incrementado con «la presencia de destructores y un crucero lanzamisiles, así como el despliegue de un submarino nuclear de ataque rápido» en aguas caribeñas, marcando «la primera ocasión en la historia en que se introducen activos militares con capacidad nuclear en» el continente, alertó Caracas.

Las autoridades venezolanas han subrayado que «esta acción viola abiertamente el Tratado de Tlatelolco, instrumento que estableció la desnuclearización de la región y que obliga también a Estados Unidos», además de representar «una violación flagrante de la Carta de Naciones Unidas».

Asimismo, han hecho un llamamiento a Guterres para que ejerza su autoridad y «exhorte al Gobierno de Estados Unidos a cesar sus acciones hostiles y a respetar la soberanía, la integridad territorial y la independencia politica de Venezuela», enfatizando que «los pueblos no aceptarían la inacción de la comunidad internacional frente a una amenaza de esta magnitud».

Adicionalmente, Venezuela ha declarado que «jamás aceptará la imposición de la fuerza ni la vulneración de sus derechos inalienables», a pesar de su «fiel vocación de paz».

Recientemente, la administración de Donald Trump ha intensificado la presión sobre Venezuela, incrementando a 50 millones de dólares (42 millones de euros) la recompensa por información que conduzca a la detención del presidente venezolano, Nicolás Maduro, y con el reciente despliegue de buques en sus costas.

Estados Unidos afirma que el envío de sus tres navíos de guerra responde a una campaña de lucha contra el narcotráfico, acusación que pesa sobre Maduro. A pesar de que el ministro del Interior, Diosdado Cabello, descarta una invasión, el Gobierno venezolano ha anunciado el despliegue de 4,5 millones de personas para formar parte de las milicias populares.

La posibilidad de una invasión también ha sido sugerida por la oposición en el exilio. Esta semana, el exalcalde de Caracas, Antonio Ledezma, desde Madrid, indicó que los militares estadounidenses no se encuentran frente a las costas caribeñas de Venezuela para «ver delfines».

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