El Ejecutivo de Venezuela ha condenado este miércoles la captura de un buque petrolero frente a sus costas por parte de Estados Unidos, a la que ha definido como “un robo descarado y un acto de piratería internacional”, en un contexto de fuerte tensión diplomática entre Washington y Caracas. El Gobierno de Nicolás Maduro vincula este episodio con la supuesta estrategia de la Administración de Donald Trump para apropiarse de las “riquezas naturales” del país caribeño.
En un comunicado oficial difundido por el ministro de Exteriores, Yván Gil, Caracas afirma que “La República Bolivariana de Venezuela denuncia y repudia enérgicamente lo que constituye un robo descarado y un acto de piratería internacional, anunciado de manera pública por el presidente de Estados Unidos, quien confesó el asalto de un buque petrolero en el mar Caribe”.
Las autoridades venezolanas sostienen que “la política de agresión” impulsada desde la Casa Blanca “responde a un plan deliberado de despojo de nuestras riquezas energéticas”, que se suma, según remarcan, “al robo de Citgo (…) mediante mecanismos judiciales fraudulentos”, en referencia a la reciente autorización en Estados Unidos para la venta de acciones de la matriz de la petrolera estatal venezolana, aprobada hace menos de dos semanas.
En la misma nota, el Gobierno de Maduro insiste en que “Han quedado finalmente al descubierto las verdaderas razones de la agresión prolongada contra Venezuela. No es la migración. No es el narcotráfico. No es la democracia. No son los Derechos Humanos. Siempre se trató de nuestras riquezas naturales, de nuestro petróleo, de nuestra energía, de los recursos que pertenecen exclusivamente al pueblo venezolano”.
Caracas sostiene además que “este acto de piratería busca distraer la atención y tapar el fracaso rotundo” de la ceremonia de entrega del premio Nobel de la Paz a la dirigente opositora venezolana María Corina Machado. La política sólo ha podido desplazarse a Oslo (Noruega) en las últimas horas y no estuvo presente en el acto, por lo que el galardón fue recogido en su nombre por su hija, Ana Corina Sosa.
El Gobierno de Maduro ha llamado a la comunidad internacional a “rechazar esta agresión vandálica, ilegal y sin precedentes” y ha subrayado que “acudirá ante todas las instancias internacionales existentes para denunciar este grave crimen internacional, y defenderá con determinación absoluta su soberanía, sus recursos naturales y su dignidad nacional”.
La reacción de Venezuela se produce tras el anuncio de Donald Trump sobre la incautación, frente al litoral venezolano, de un petrolero supuestamente vinculado al transporte de crudo sancionado. La operación ha sido respaldada por la fiscal general estadounidense, Pam Bondi, quien ha explicado que el barco lleva “durante varios años” bajo sanciones de Washington y es utilizado para mover petróleo sancionado desde Venezuela a Irán. Según ha detallado, esta actividad justificaría el despliegue en el que han participado el FBI, el Departamento de Seguridad Nacional y la Guardia Costera, con apoyo del Pentágono.
La confirmación de esta acción llega apenas un día después de que Trump advirtiera a su homólogo venezolano de que tiene “los días contados”, reiterando que los ataques contra presuntos narcotraficantes en aguas de la región –22 operaciones con, al menos, 86 víctimas mortales– “pronto” se llevaran a cabo también por tierra.











