El Ejecutivo de Venezuela ha elevado este miércoles una queja formal ante el Consejo de Seguridad de la ONU por lo que considera una “agresión abierta y criminal” de Estados Unidos. La protesta llega después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, ordenara bloquear todos los petroleros sancionados que entren o salgan de las costas venezolanas. Caracas ha solicitado a este órgano una reunión “urgente” para tratar lo que define como “plan propio del colonialismo” y “gigantesco acto de extorsión”.
En una carta dirigida al secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, y firmada por el representante permanente de Venezuela ante la ONU, Samuel Moncada, el diplomático denuncia que “Estados Unidos está imponiendo el caos y la destrucción en las relaciones internacionales del mismo modo en que lo hicieron los actores malignos que provocaron la Segunda Guerra mundial. El Consejo de Seguridad, encargado de garantizar el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales, debe evitarlo”.
Moncada insta a convocar “con carácter de urgencia” una sesión del grupo de 15 países, entre los que figura Estados Unidos, con el fin de abordar “la agresión estadounidense contra Venezuela” y “adoptar las medidas necesarias para restituir la legalidad internacional”.
En la misiva, difundida por el ministro de Exteriores venezolano, Yván Gil, a través de Telegram, el embajador advierte de que “si este Consejo ignora este crimen de agresión (...) estaría aceptando todo el sistema de seguridad colectiva de las Naciones Unidas que tanto ha costado a los pueblos construir a lo largo de los últimos 80 años”.
El representante venezolano recuerda la reciente incautación de un petrolero “cuyos tripulantes fueron secuestrados y permanecen desaparecidos”, así como el “supuesto cierre total del espacio aéreo venezolano” decretado a finales de noviembre. A su juicio, “hoy, nos encontramos ante una escala mucho mayor de transgresión” tras denunciar un bloqueo “impuesto de manera unilateral y en violación de la legalidad internacional”.
Moncada subraya además que “en la historia de Venezuela, nunca a un jefe de Estado y/o de Gobierno de una potencia extranjera se le había ocurrido la trastornada idea de que el territorio nacional venezolano, incluidos sus yacimientos petroleros y otros activos, le pertenecen”.
Según el embajador, “el delirio aumenta con el ultimátum de que, si Venezuela no se rinde a su voluntad, nuestra nación sería entonces atacada por sus fuerzas militares. El presidente de Estados Unidos está violando impunemente y ante el mundo entero nuestra soberanía nacional, la integridad territorial e independencia política de Venezuela”.
El texto también recoge las manifestaciones atribuidas a la Casa Blanca sobre la supuesta propiedad de Washington sobre la industria petrolera venezolana y “exigiendo su devolución”. A juicio de Caracas, “esto significa que el Gobierno estadounidense reclama como suya la mayor reserva de petróleo del mundo, en lo que sería uno de los mayores actos de expoliación en la historia de la humanidad”, una postura que el embajador califica de “absurda”.
Moncada sostiene que “lo que confirma es que no hay límite alguno en la adicción de Estados Unidos por el petróleo, y que todas las excusas esgrimidas a lo largo de las últimas semanas en relación a nuestro país han sido parte de una cortina de humo”, en referencia a la lucha contra el narcotráfico alegada por Washington para justificar sus acciones, incluidos los ataques a embarcaciones en el Caribe y el Pacífico que han causado más de 90 muertos.
El representante venezolano concluye que “se trata, pues, de un claro plan propio del colonialismo, que no tiene cabida alguna en el siglo XXI. Se trata de un gigantesco acto de extorsión contra un Estado soberano; una grotesca ofensa violatoria de toda norma civilizacional y, en definitiva, se trata de la confesión de un crimen de agresión a gran escala”.