La Oficina Integrada de las Naciones Unidas en Haití (BINUH) reporta que durante el tercer trimestre de 2025, la cifra de fallecidos alcanzó los 1.200 y los heridos sumaron 700, debido a enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y las pandillas, siendo éstas las principales causantes de la violencia. Además, la crisis ha provocado que 1,4 millones de personas se vean forzadas a desplazarse internamente.
Del 1 de julio al 30 de septiembre, se registraron 1.247 muertes; el 63 por ciento a manos de las fuerzas de seguridad, el 30 por ciento por pandillas y el 9 por ciento por grupos de autodefensa. El 83 por ciento de las víctimas fueron hombres, el 14 por ciento mujeres y el tres por ciento niños, revela un informe reciente.
En el mismo periodo, al menos 400 personas sufrieron violencia sexual, de las cuales 340 fueron mujeres, 59 niñas y un hombre. Se contabilizaron también 145 secuestros, siendo Artibonito y la zona metropolitana de Puerto Príncipe las áreas con más incidencias.
Las pandillas, aunque repelidas en ciertos barrios de la capital, siguen expandiéndose a otras regiones como Artibonito y el Centro. Ante esta situación, la BINUH ha instado a las autoridades haitianas a fortalecer las operaciones de las unidades judiciales especializadas y a implementar programas de prevención y rehabilitación para menores involucrados en pandillas.
A principios de 2024, una oleada de violencia precipitó la renuncia del primer ministro Ariel Henry. Recientemente, se ha establecido un Consejo Presidencial de Transición para pacificar el país y organizar elecciones, las primeras en una década. Sin embargo, la presencia de un contingente internacional liderado por Kenia no ha logrado contener la violencia de las pandillas. A inicios de octubre, el Consejo de Seguridad de la ONU autorizó una nueva fuerza internacional para enfrentar a las bandas criminales en Haití, en una resolución promovida por Estados Unidos y Panamá.
