En el contexto de las festividades del sexagésimo aniversario de la incorporación de Tíbet a China, el presidente Xi Jinping ha hecho un llamado a fomentar la unidad interétnica, en una visita a la región marcada por la resistencia histórica hacia el gobierno de Pekín. Esta es la segunda vez que Xi visita Tíbet como presidente.
Durante su estancia, Xi ha declarado que cualquier esfuerzo por fragmentar la nación y desestabilizarla está condenado al fracaso, de acuerdo con reportes de la cadena CCTV.
Por otro lado, entidades que defienden los Derechos Humanos continúan denunciando que el gobierno chino suprime la libertad religiosa y ha implementado medidas de vigilancia estrictas contra los tibetanos.
Xi Jinping ha expresado su deseo de Gobernabilidad, estabilidad social, unidad interétnica y armonía religiosa, destacando los avances en la mejora de la calidad de vida en este territorio asiático. Cabe recordar que en la década de 1950, las fuerzas militares chinas derrocaron al gobierno tibetano poco después de triunfar en la guerra civil, y en 1965, se estableció formalmente la administración china en la región autónoma.