En recientes declaraciones comprendidas entre el jueves y el viernes, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ha señalado que Donald Trump, presidente de Estados Unidos, muestra su ‘decepción’ hacia las administraciones de Hungría y Eslovaquia debido a que no han disminuido sus importaciones de crudo ruso. Esta situación ha sido objeto de crítica constante, a lo que el ejecutivo de Viktor Orbán ha reaccionado alegando la necesidad de mantener la seguridad energética y la estabilidad económica.
Durante una llamada el jueves con Trump y otros líderes europeos, Zelenski destacó que se dio ‘mucha atención’ a la necesidad de hallar métodos para disminuir los ingresos rusos. ‘El presidente Trump expresó su decepción con los europeos que siguen comprando petróleo y gas’, declaró Zelenski el viernes, en una rueda de prensa con António Costa, presidente del Consejo Europeo, en Uzhhorod.
Según Zelenski, Trump ha centrado sus ‘preocupaciones’ en Eslovaquia y Hungría, ‘y posiblemente a otros países también’, justo cuando Zelenski recibía al primer ministro eslovaco, Robert Fico, pocos días después de su encuentro en Pekín con Vladimir Putin, presidente ruso.
Ante estas acusaciones, tanto Eslovaquia como Hungría han rechazado las críticas, argumentando, por ejemplo, que no se considera su ubicación geográfica o las escasas alternativas disponibles.
‘Hungría compra petróleo ruso de manera transparente y porque no tiene otra opción’, defendió Peter Szijjarto, ministro de Exteriores húngaro. ‘Otros países europeos lo hacen secretamente, bajo cuerda, porque es más barato’, agregó, sin mencionar específicamente a ningún país.
Además, Szijjarto ha comentado que el abastecimiento es ‘una cuestión física’, ya que ‘sólo se puede comprar (petróleo) si existen oleoductos’. También criticó a la Unión Europea por posponer la expansión de otras redes de tuberías que serían esenciales para la región.