El Govern de las Islas Baleares y el Partido Socialista (PSIB) se han enfrentado con duras acusaciones durante el pleno de este martes. La discusión, que ha escalado rápidamente, se centró en la política de acogida de menores migrantes, donde ambos bandos se han acusado de “alimentar el fascismo”.
El punto álgido de la tensión se alcanzó durante el debate de control al Govern, cuando Teresa Suárez, diputada del PSIB, tildó al gobierno autonómico de “racista y antidemocrático”. Suárez criticó al Ejecutivo por no participar en la conferencia sectorial de infancia y juventud de julio y renunciar a una ayuda de seis millones de euros destinados a los menores.
En respuesta, la consellera defendió la decisión de no asistir a la conferencia para evitar lo que describió como “el rodillo” del Gobierno central, asegurando además que no se perdieron seis millones de euros, sino que se logró un acuerdo para distribuir dos millones a los niños ya acogidos. Además, lanzó una interrogante a la diputada socialista: “¿Le parece suficiente”?
Por su parte, la representante socialista acusó al Govern de “alimentar el monstruo del fascismo” y predijo que esto tendría consecuencias negativas en las elecciones de 2027. A lo que Estarellas, respondiendo a las acusaciones, reprochó al PSIB su defensa incondicional hacia Pedro Sánchez y criticó que la atención no debería centrarse solo en “acoger a 49 niños”, revelando que recientemente se les informó que deberán recibir a 20 menores adicionales.