Alfonso Rueda, presidente de la Xunta de Galicia, ha confirmado la gravísima situación de los incendios forestales que han asolado especialmente a la provincia de Ourense, aunque otras zonas también han sido impactadas. Durante los meses de julio y agosto, se han consumido aproximadamente 96.500 hectáreas y tan solo en agosto se contabilizaron 666 focos de incendio.
En la región, un total de 62 ayuntamientos han sido afectados por las llamas. Rueda, tras un Consello extraordinario en Ourense para activar las ayudas, señaló que algunos municipios han padecido daños con mayor intensidad. Además, se han visto afectadas 144 viviendas, con ocho de ellas como habituales y 42 como segundas residencias. Las demás estaban en estado de ruina o abandonadas. Asimismo, el presidente informó que se evacuó a 400 personas y se confinaron a aproximadamente 2.200 personas durante la crisis.
Rueda destacó que siempre se priorizó la seguridad de las personas, tomándose medidas preventivas como la reserva de 200 plazas para trasladar a usuarios de residencias de mayores o centros para personas con discapacidad de áreas de riesgo, además de la evacuación de 170 menores y monitores de un campamento en Manzaneda. También sufrieron daños algunas explotaciones ganaderas y estructuras agrícolas. En cuanto a la investigación, hay 32 personas investigadas y 11 detenidas como presuntos responsables de los incendios.
AGRADECIMIENTO Y REUNIÓN CON MANDOS MILITARES
Rueda agradeció a los más de 7.000 profesionales involucrados en la lucha contra los incendios, incluyendo bomberos, GES, Protección Civil y agentes medioambientales. También destacó una reunión con mandos militares y miembros del servicio de extinción para coordinar esfuerzos en la recuperación de las zonas afectadas.
DAÑOS AMBIENTALES
Respecto a los daños ambientales, aún está pendiente una evaluación detallada de los ecosistemas afectados, como el Parque Natural de O Invernadoiro. Rueda mencionó que la atención prioritaria a las viviendas y personas explica en parte la extensión de las áreas quemadas y subrayó la necesidad de un análisis más detenido sobre el tipo de vegetación afectada.