Varios representantes de países de la Unión Europea manifestaron este viernes, previo a su participación en la reunión de Asuntos Generales, que aún es pronto para decidir sobre la oficialidad del catalán, euskera y gallego debido a las «muchas dudas» sobre las consecuencias que esta medida podría acarrear a nivel legal, práctico y económico en la UE.
Marie Bjerre, ministra danesa de Asuntos Europeos y actual presidenta del Consejo de la UE, comunicó a su llegada que no ve probable que se vote sobre esta cuestión hoy, debido a las incertidumbres que aún se mantienen. «España quiere poner el caso de las lenguas en la agenda de nuevo y como presidencia vamos a facilitar el debate», expresó la ministra, reconociendo la existencia de «muchas dudas planteadas por parte de los Estados miembro».
Por otro lado, Claudia Plakolm, ministra austríaca para Europa, afirmó que su gobierno no respaldará la oficialidad de estas lenguas mientras no se despejen las dudas legales presentadas por el servicio jurídico del Consejo. «Los servicios legales del Consejo se lo toman en serio y esta opinión de los servicios legales sigue sin cambios. Eso significa que mientras no haya una propuesta sobre la mesa en la que las preocupaciones legales, así como las preocupaciones financieras, queden resueltas, no puede haber consentimiento», explicó.
Adam Szlapka, ministro de Asuntos Europeos de Polonia, también comentó que «Hay muchas dudas sobre este asunto entre los Estados miembro y creo que hay ciertas dudas legales». Reiteró que más tiempo es necesario, pues «la mayoría de los Estados miembro» requieren clarificar las «preocupaciones legales».
Xavier Bettel, ministro de Exteriores de Luxemburgo, señaló que no es el momento oportuno para buscar un consenso sobre la cuestión lingüística, dadas las importantes negociaciones en curso sobre otros temas internacionales. «Creo que el momento realmente no es el adecuado ahora mismo. Si no eres capaz de acordar otras cosas», argumentó, subrayando la importancia del «multilingüismo y las tradiciones» para España.
Benjamin Haddad, ministro francés para Europa, reconoció la importancia de esta cuestión para España, pero recordó que en la última reunión no se alcanzó consenso. «Quiero que se siga trabajando con los españoles para encontrar soluciones constructivas para avanzar en la cuestión presupuestaria y en el plano jurídico», señaló.
Finalmente, Fernando Sampedro, secretario de Estado para la Unión Europea, instó a no «secuestrar o retrasar innecesariamente» el debate sobre la oficialidad del catalán, euskera y gallego, argumentando que el Gobierno español ha aclarado las «dudas» legales y financieras planteadas. «No se trata de confrontar, se trata de dialogar», concluyó, enfatizando la importancia de este tema para España y su deseo de «acabar con una discriminación» hacia «20 millones de europeos».