Las oficinas en Madrid de la Comisión Europea y del Parlamento Europeo han presentado este jueves la campaña “Desde 1986. 40 años construyendo juntos Europa”, una iniciativa que se difundirá a través de la prensa con el objetivo de recordar a la ciudadanía qué ha supuesto para España su integración en la UE durante estas cuatro décadas y, al mismo tiempo, qué ha aportado el país al resto de socios comunitarios.
“Ha sido una historia de éxito”, ha resumido el director de la representación de la Comisión, Daniel Calleja, al rememorar que España “miraba a Europa con envidia porque era democracia y prosperidad” y que su entrada en las entonces Comunidades Europeas trajo principalmente “modernización” en todos los ámbitos.
Según ha recalcado, formar parte de la UE durante estos 40 años “ha sido una fuente de transformación” para España. Durante la presentación de la campaña, el responsable comunitario ha querido subrayar igualmente las aportaciones españolas a la construcción europea a lo largo de este tiempo.
Como ejemplo, ha recordado que el ‘padre’ de las becas Erasmus fue Manuel Marín cuando ocupaba la cartera de Educación en la Comisión Europea, así como la contribución del comisario Marcelino Oreja al Acuerdo Schengen o del también comisario Pedro Solbes a la implantación del euro, entre otras figuras destacadas.
En estas cuatro décadas, ha insistido, España ha dejado “su sello” en el proyecto comunitario, en buena medida gracias al europeísmo que han mostrado tanto sus distintos gobiernos como la propia ciudadanía.
Mantener vivo el europeísmo en un contexto complejo
Calleja ha defendido que “es importante mantener ese compromiso y esa vocación europeísta”, subrayando que “hace mucho frío fuera de Europa”, algo que, a su juicio, explica que haya numerosos países “llamando a la puerta para entrar”. Al mismo tiempo, ha advertido de que la UE debe ser capaz de “dar respuesta a los problemas de los ciudadanos”.
La directora de la oficina del Parlamento Europeo en España, María Andrés, ha coincidido en que el país se ha beneficiado enormemente de su pertenencia a la Unión, pero ha remarcado que ha sido “un camino de ida y vuelta”. También ha puesto el acento en la importancia de que los ciudadanos conozcan mejor el proyecto europeo y sus contribuciones. Entrar en la UE supuso, ha recordado, “apertura, Estado de derecho y un proyecto de paz y prosperidad”.
En esta línea, ha señalado que “estamos en un momento geopolícamente muy complejo”, marcado por la guerra en Ucrania y las tensiones comerciales, y ha alertado sobre la “desinformación generalizada” que pone en riesgo el proyecto europeo al intentar “alejar a la ciudadanía” y cuestionar los valores democráticos que defiende la UE.
Por ello, ha insistido en que el 40 aniversario de la adhesión, el 1 de enero de 1986, no debe ser “una efeméride más”, sino que, en un “momento político tan complejo” como el actual, ha de servir para “reflexionar sobre qué ha significado y cómo tienen que ser los próximos 40 años”.
En este punto se enmarca la campaña informativa con la que las instituciones europeas en España quieren trasladar a la opinión pública, mediante los medios de comunicación, los principales hitos de estas cuatro décadas y el impacto de la pertenencia al bloque comunitario en la vida de los españoles, con datos desglosados incluso por comunidades autónomas.
“Vivimos en un momento de geopolítica de las emociones”, ha afirmado Andrés, advirtiendo de que si la UE no logra “generar sentido de pertenencia y ciudadanía, dejaremos espacio a otros relatos que vienen de fuera más sencillos de entender pero mucho más peligrosos”.
Asimismo, ha llamado la atención sobre la creciente polarización en España, con “consensos muy escasos y un debate público arisco”, y ha destacado que la integración europea es una de las pocas cuestiones en las que todavía parece existir un amplio acuerdo entre sensibilidades políticas muy diversas.