El Congreso tiene planes de instalar retratos de Pasionaria y otras diputadas de la Segunda República, con o sin el apoyo del PP

Archivo - Imagen de archivo de Dolores IbárruriEUROPA PRESS - Archivo

El PSOE y Sumar, haciendo uso de su predominio en la Mesa del Congreso, están dispuestos a aprobar la instalación de retratos de las primeras nueve diputadas de la Segunda República en España, entre ellas la conocida dirigente comunista Dolores Ibárruri ‘Pasionaria’, independientemente de contar con el respaldo del PP o no.

Tras prolongadas negociaciones, los ‘populares’ han aceptado finalmente un enfoque cronológico para incluir imágenes de mujeres en la colección de tondos de la institución, que tributa a parlamentarios destacados, predominantemente del siglo XIX.

En 2011, durante la presidencia del socialista José Bono, se añadieron los últimos retratos circulares, en honor al presidente de la Segunda República, Manuel Azaña, y a Adolfo Suárez, primer jefe de Gobierno post-dictadura y figura clave de la Transición.

UNA IDEA DE ARMENGOL

Fue en marzo de 2024 cuando la presidenta del Congreso, la socialista Francina Armengol, subrayó la importancia de aumentar la representación femenina en las colecciones de retratos y esculturas de la institución, que hasta entonces solo incluían a reinas, presidentas de la Cámara y a la sufragista Clara Campoamor.

Se solicitó a los grupos parlamentarios presentar propuestas; PSOE, PP y Sumar respondieron, pero solo consensuaron el nombre de Campoamor, cuyo tondo se ha encargado aunque no se desvelará hasta después del verano.

El nombre de Campoamor fue propuesto por PSOE y Sumar, quienes también respaldaron a su oponente en el histórico debate sobre el voto femenino, Victoria Kent. Los socialistas sugirieron además a diputadas del PSOE de la legislatura constituyente; el PP a representantes de la Unión de Centro Democrático (UCD) elegidas en 1977 y a diputadas propias posteriores, y Sumar presentó a ‘Pasionaria’, sobre quien el PP mostró reticencias inicialmente.

Después de acordar sobre Campoamor, el grupo del ex portavoz del Grupo Popular Miguel Tellado aceptó incluir a las otras ocho mujeres que ocuparon escaños en la Segunda República, una decisión que ahora debe ser confirmada por la nueva portavoz ‘popular’ Ester Muñoz.

Según fuentes parlamentarias comunicadas a Europa Press, la decisión está tomada y, aunque el PP presente objeciones, la Mesa aprobará este homenaje a las primeras mujeres que lograron escaños por elección democrática, aunque no fueron las primeras en ocupar asientos en el hemiciclo.

En 1927, trece mujeres fueron seleccionadas por el gobierno del dictador Miguel Primo de Rivera para formar parte de la Asamblea Nacional, y entre 1928 y 1930, se unieron tres más.

Las pioneras electas en las urnas aparecieron en las constituyentes de 1931. Campoamor, diputada del Partido Radical por Madrid, ya cuenta con un busto junto al hemiciclo, lugar donde también se muestra su mesa y objetos personales.

Victoria Kent, inicialmente contraria al sufragio universal por temor a que perjudicara a la República, fue diputada primero por el Partido Republicano Radical Socialista (PRRS) por Madrid, y luego, en 1936, por Izquierda Republicana (IR) de Manuel Azaña, por Jaén.

Margarita Nelken, quien ya tiene una caricatura en la Cámara, fue la única mujer en lograr un acta de diputada en 1931, 1933 y 1936, siempre por Badajoz. Iniciada la guerra, se unió al PCE, aunque posteriormente fue expulsada.

En 1933, cuatro nuevas diputadas fueron elegidas, tres de ellas socialistas: Veneranda García-Blanco, docente por Oviedo; la escritora y periodista Matilde de la Torre, también por 1936, y la escritora María Lejárraga, por Granada.

Francisca Bohigas Gavilanes, feminista católica e inspectora de enseñanza, fue la única parlamentaria de la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA) por León.

En 1936, llegaron a la Carrera de San Jerónimo la abogada y maestra socialista Julia Álvarez Resano, por Madrid, y ‘Pasionaria’. Además de ser una líder comunista durante la Guerra Civil, Ibárruri fue secretaria general del partido en el exilio, entre 1942 y 1960. Tras la Transición, regresó al Congreso también por la circunscripción de Asturias en las primeras elecciones libres post-Franco.

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