Manuel García Hernández, director general de Política Energética y Minas, ha aclarado que el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico no ha impartido órdenes a Red Eléctrica de España (REE) para que ejecute la operación en modo reforzado, una medida que se implementó tras el apagón del 28 de abril.
«No, en absoluto», afirmó García de forma contundente durante su intervención en la Comisión de investigación del Senado sobre el incidente eléctrico del 28 de abril, al ser cuestionado sobre si el Gobierno había requerido a REE adoptar dicho modo operativo.
«La gestión del sistema en modo normal, seguro o reforzado, como prefiera llamarlo, corresponde únicamente al operador del sistema, Red Eléctrica de España, y en ningún momento se ha emitido desde el Ministerio o la Dirección General alguna directriz al respecto», explicó García. Además, señaló que este modo operativo es una decisión «tomada de forma autónoma e independiente» por REE, «sin recibir indicaciones o mandatos del Ministerio», aunque destacó que está amparado por la autorización que REE recibió tras el apagón para llevar a cabo «cualquier acción necesaria e imprescindible para restablecer el servicio con la mayor celeridad».
García también negó la existencia de presiones o directrices políticas del Gobierno hacia Red Eléctrica para favorecer a las energías renovables sobre otras tecnologías. «Eso no es ni posible jurídicamente ni tiene sentido práctico», aseguró, recordando que el operador del sistema es el único responsable de asegurar que la combinación de fuentes energéticas para la operación del sistema «es compatible con la seguridad física de la red».
Asimismo, el director general refutó cualquier alarma previa que pudiera haber anticipado un ‘blackout’ del sistema eléctrico, aunque admitió estar al tanto de «episodios de variaciones de la tensión» ocurridos el 22 de abril, seis días antes del apagón. Tras comunicarlo a su superior, el secretario de Estado de Energía, solicitó información a REE, que consideró el incidente como algo que «el sistema había sido capaz de gestionar».
García concluyó que el evento del 28 de abril fue causado por «un problema de insuficiente capacidad para controlar las tensiones en el sistema», un fenómeno de colapso por sobretensión sin precedentes y no documentado en la literatura académica. Además, comunicó «un mensaje de tranquilidad», afirmando que no hay indicios de que un suceso similar pueda ocurrir en el futuro, gracias a las medidas adoptadas para aumentar la resiliencia del sistema.