El partido socialista ha presentado una propuesta de reforma legislativa ante el Congreso con el objetivo de que la Imprenta de Billetes (Imbisa), una empresa pública creada en 2015 y subordinada al Banco de España, adquiera más competencias y, de esta manera, incremente sus ingresos.
Esta iniciativa se inscribe en una enmienda a la legislación que adapta una directiva europea sobre criptomonedas, con el fin de modificar la Ley de Autonomía del Banco de España. La reforma prevista altera la disposición adicional octava del texto legal, con el propósito de expandir las actividades comerciales de Imbisa y permitirle explorar nuevas oportunidades de mercado que mejoren su rendimiento financiero y reduzcan los déficits que impactan negativamente al organismo dirigido por el exministro José Luis Escrivá.
Según la enmienda, que ha sido consultada por Europa Press, el Banco de España podrá delegar la producción de billetes de euro ‘a una sociedad mercantil de capital público en la que ostente una mayoría de control’. Adicionalemente, esta sociedad ‘podrá realizar otras actividades conexas’, incluyendo la fabricación de billetes no euro, coordinando estas operaciones con la Fábrica Nacional de la Moneda y Timbre.
ACTIVIDADES DE GESTIÓN DE BILLETES
Con la reforma propuesta, aún pendiente de un extenso proceso parlamentario, se busca facultar a Imbisa para llevar a cabo funciones adicionales relacionadas con su labor principal de producción de billetes de euro. Esto podría incluir una variedad de tareas vinculadas al mercado de billetes, como gestión o investigación y análisis de los mismos.
El PSOE asegura que, a pesar de la ampliación de competencias, la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre-Real Casa de la Moneda conserva un ‘buen nombre’ en los mercados internacionales, tras años de imprimir billetes de diversas divisas. La coordinación con esta entidad seguirá siendo esencial, especialmente en la producción de billetes que no sean de euro.
Desde su fundación en 2015 hasta el año 2023, Imbisa ha sido el ente responsable de la producción de billetes de euro. Inicialmente, utilizó las instalaciones de la Fábrica de Moneda, hasta que en noviembre de 2023 se inauguró su propia planta, un proyecto que se alargó casi cinco años por errores en las estimaciones iniciales y que, según el Tribunal de Cuentas, tuvo un coste de 175 millones.
















