Hace medio siglo, el fallecimiento de Franco marcó un punto de inflexión en España, desencadenando la transición hacia la democracia constitucional de 1978. Durante los últimos meses de su vida, los problemas de salud del dictador se intensificaron, captando la atención mediática desde el verano de 1974.
En este contexto competitivo y bajo las restricciones del régimen, Europa Press se adelantó con una noticia trascendental: ‘Franco ha muerto. Franco ha muerto. Franco ha muerto’, transmitida a las 04.58 del 20 de noviembre de 1975. Jesús Frías narra en ‘De Europa a Europa’ cómo se gestó esta exclusiva, con testimonios de Mariano González y Marcelino Martín, claves en aquella cobertura.
UNA RED DE FUENTES YA ESTABLECIDA
Desde julio de 1974, cuando Franco fue ingresado por una flebitis, Europa Press comenzó a formar una red de informantes. Este esfuerzo se intensificó con el empeoramiento de la salud del dictador, llevando a la agencia a preparar el terreno para el anuncio de su muerte, detallando incluso las disposiciones post-mortem.
El seguimiento exhaustivo incluyó la descripción de la habitación de Franco y anticipó una operación crucial el 3 de noviembre. ‘No dejamos ni un resquicio’, afirma Martín sobre la cobertura de Europa Press, que se jugaba mucho al informar en un régimen aún censor.
La precisión de la información culminó la noche del desenlace, cuando señales inusuales en el hospital alertaron a González, quien comunicó sus sospechas a Martín. Tras confirmar con fuentes diversas, la noticia se lanzó al mundo, desafiando los riesgos de la censura y marcando un precedente en la historia del periodismo español.
La confirmación oficial vino después, cuando el presidente del Gobierno anunció por televisión: ‘Españoles, Franco ha muerto’. Este logro no solo consolidó la reputación de Europa Press, sino que también le valió el Premio Nacional de Periodismo de 1976.
