El Gobierno se enfrenta a la probable derrota en la votación del traspaso de la gestión de la inmigración a Cataluña, debido al rechazo de Podemos, que tacha la medida de «racista». A pesar de ello, en Moncloa esperan que esta situación no afecte negativamente su relación con Junts, mostrando que los socialistas han hecho todo lo posible, aunque no pueden influir en las decisiones de la formación morada. Las advertencias de Puigdemont no parecen augurar una ruptura inmediata con los independentistas.
Este martes, el Congreso determinará si se considera la proposición de ley acordada entre PSOE y Junts para la delegación de competencias en inmigración, que incluye, entre otros aspectos, la gestión de los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE) por parte de la Generalitat.
Podemos ha expresado su firme oposición a esta legislación, calificándola de tener «intenciones abiertamente racistas» y argumentando que la migración representa «un riesgo para la convivencia». Ione Belarra, lideresa de Podemos, ha sido clara al advertir: «Para leyes racistas que no cuenten con los votos de Podemos».
CONDICIÓN PARA NEGOCIAR LOS PRESUPUESTOS
De confirmarse los pronósticos, el Gobierno se verá nuevamente derrotado en el Parlamento, lo cual es especialmente preocupante para los socialistas que no lograrán cumplir un compromiso previo con el grupo de Carles Puigdemont. Junts ha dejado claro que cualquier negociación sobre los Presupuestos Generales del Estado para 2026 requiere que el PSOE primero cumpla con los compromisos ya establecidos.
Desde el sector socialista, se reconoce la derrota anticipada y se intenta minimizar el impacto negativo en su relación con Junts, destacando la imposibilidad de controlar las votaciones de Podemos, quien se ha distanciado de Sumar desde el comienzo de la legislatura.
El PSOE defiende que ha cumplido con su parte del acuerdo, que inicialmente incluía el apoyo de Junts al decreto anticrisis del Gobierno a comienzos de 2024, seguido por la confirmación del pacto de delegaciones en marzo de 2025. A pesar de ello, enfrentan críticas por parte de Belarra y acusaciones de Puigdemont.
Esta semana, el independentismo también ha recibido un golpe con la negativa de Alemania a hacer oficial el catalán en las instituciones de la UE, una decisión que requiere unanimidad entre los países miembros. El canciller alemán, Friedrich Merz, sugirió esperar por avances en la inteligencia artificial para la traducción a todos los idiomas, un enfoque visto como una dilación de la solicitud española.
Finalmente, aunque Puigdemont ha advertido de posibles consecuencias si los socialistas no mantienen una línea coherente en sus discursos, desde Moncloa se confía en la continuación del diálogo, tras una reunión infructuosa entre el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero y Puigdemont.
