A finales de julio, el Ejército del Aire y del Espacio de España ha enviado un destacamento de seis aviones F-18 a Islandia, como parte de la misión de la Policía Aérea de la OTAN destinada a incrementar la seguridad debido a la presencia de actividades aéreas no identificadas en y cerca del espacio aéreo aliado.
Los F-18 arribarán mañana a la base aérea de Keflavik, ubicada en el sur de Islandia, y desde el próximo lunes se sumarán al mando de la OTAN en una operación que durará hasta mediados de agosto. Este grupo está compuesto por 122 militares, incluyendo pilotos, mecánicos, especialistas en armamento y personal de logística y seguridad, con 44 aviadores del Ejército del Aire y del Espacio ya presentes en el territorio islandés.
Un honor y un desafío
El teniente coronel Rafael Ichaso Franco, al mando de este grupo y perteneciente al Ala 15 de Zaragoza, ha manifestado: «Es un gran honor participar en cualquier misión de la OTAN, pero, sin duda, ser la primera unidad española que opera en Islandia es un extra». Además, ha recalcado que se han preparado intensamente para esta misión, destacando el entrenamiento en simulador diseñado específicamente para las condiciones de Islandia.
Misión Stinga: Vigilancia y entrenamiento
La operación ‘Stinga’, que significa aguijón en islandés, se enfoca en supervisar e interceptar aeronaves que vuelen sin plan de vuelo, sin comunicación radial o con el transpondedor apagado, siempre en estado de alerta 24/7. Esta actividad no solo asegura la protección del espacio aéreo, sino que también proporciona entrenamiento esencial para los pilotos y las tripulaciones, mejorando la operatividad de los F-18.
Como miembro de la OTAN y sin una fuerza aérea propia, Islandia depende de destacamentos aliados que se rotan para proteger su espacio aéreo, utilizando la base de Keflavik, un punto estratégico vital en el Atlántico Norte.