La estrategia de Putin con los drones pone a prueba las defensas de la OTAN y la cohesión entre aliados

Putin utiliza drones para testar las defensas de la OTAN y acrecentar las tensiones entre los aliados, revela un experto.

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, acude a un ejercicio militar. Valery Sharifulin/TASS via ZUMA / DPA

Rusia ha intensificado sus acciones contra los países miembros de la OTAN, utilizando drones para invadir el espacio aéreo de al menos seis naciones europeas e incluso cazas en Estonia. Paralelamente, ha aproximado cazas y bombarderos a las costas de Alaska, interceptados por Estados Unidos. El presidente ruso, Vladimir Putin, busca con estas maniobras dos claros objetivos: verificar la capacidad de las defensas antiaéreas de la alianza y aumentar las tensiones en las relaciones transatlánticas y dentro de la Unión Europea.

Jesús A. Núñez Villaverde, exmilitar y especialista en geopolítica, describe estas incursiones como «provocaciones» que representan un nuevo nivel en la guerra híbrida de Moscú, que también incluye ciberataques, propaganda y desinformación, así como el movimiento de buques y submarinos en aguas aliadas. Publicado por el Instituto Elcano y citado por Europa Press, Núñez Villaverde señala que Putin es completamente «consciente» del debilitamiento del vínculo transatlántico y de las «diferencias internas» en la UE respecto a Rusia.

AVIONES CARGADOS CON MISILES

Los cazas Mig-31 que sobrevolaron Estonia llevaban misiles, aunque no se consideran «ataques» dado que los drones no portaban explosivos, aclara Núñez Villaverde. Estas acciones, explica, sirven para «chequear» las defensas antiaéreas enemigas y, aunque en ocasiones su única intención sea recolectar datos, generalmente son preludios de ofensivas más significativas.

En el aspecto político, Putin intenta «tensar aún más» las relaciones entre EE.UU. y los aliados europeos, exacerbando las divisiones internas entre los estados de la UE, lo que pone a prueba su cohesión y la determinación en apoyar a Ucrania y definir una estrategia común hacia Rusia, según el experto.

La «unidad» entre los aliados se encuentra en un punto crítico. Aunque naciones como Polonia y Estonia han invocado el artículo 4 del Tratado de la Alianza, la respuesta ha sido un aumento de la presencia militar en las misiones de la OTAN para proteger el flanco este. Mientras tanto, países como Lituania, impulsados por las continuas «provocaciones» rusas, abogan por una respuesta más firme y han legislado para permitir a sus fuerzas armadas derribar drones no tripulados.

Finalmente, Núñez Villaverde concluye que la OTAN muestra claramente que no está dispuesta a un enfrentamiento militar directo con Rusia, al igual que Moscú evita cruzar el umbral que desencadenaría un conflicto convencional directo con la Alianza Atlántica.

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