El antiguo líder del Gobierno español, Felipe González, ha confesado que todavía hoy se pregunta si actuó correctamente al decidir no ordenar el ataque contra la cúpula de ETA en los primeros años noventa. Así lo expresa en el documental ‘La última llamada’ de Movistar, donde se recogen declaraciones de todos los expresidentes vivos, según recoge Europa Press.
González cuenta que fue informado “muy directamente” de que los líderes de ETA se encontraban en el sur de Francia “planificando los atentados”. Le aseguraron que estaban “perfectamente localizados y ubicados” y que incluso era posible “eliminarlos”. Sin embargo, decidió no actuar debido a las complejas repercusiones que podría tener un acto de esa naturaleza, especialmente al llevarse a cabo en territorio extranjero. “33 años después vuelvo a pensarlo y vuelvo a tener dudas de si lo hice bien o mal”, admitió.
El también exsecretario general del PSOE reconoció que en aquel momento no sabía cuál era su “responsabilidad” y consideró que tal vez podría haber salvado “50 o 60 vidas” en un periodo marcado por numerosos atentados de la organización terrorista. Sin embargo, optó por no intervenir debido a las posibles consecuencias. “La gente no me perdona que lo dudara, incluso algunos compañeros”, señaló.
NO HABÍA POSIBILIDAD DE DETENERLES
González ya había mencionado este episodio en una entrevista en 2010 con el diario ‘El País’, donde explicó que la única opción viable era “volarlos a todos juntos” durante la reunión, ya que no existía posibilidad de detención y la colaboración de Francia era improbable en aquel momento.
ETA AMENAZÓ CON VARIOS ATENTADOS SIMULTÁNEOS
En otra parte del documental, dedicado al expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, se narra otro incidente relacionado con ETA durante las negociaciones del Gobierno con la banda. Jesús Eguiguren, enviado del Gobierno para estas negociaciones, describe cómo Thierry, líder del aparato político de ETA, amenazó con activar una serie de bombas en España. “Me dice que si se rompe la negociación España va a ser un Vietnam”, recuerda Eguiguren. Zapatero y su ministro Alfredo Pérez Rubalcaba decidieron resistir al chantaje, una decisión que dejó a Zapatero sin dormir hasta la mañana siguiente. Finalmente, ETA rompió la tregua con un atentado el 30 de diciembre de 2006 en la T4 del aeropuerto de Barajas, que resultó en la muerte de dos personas.