Este miércoles, la Global Sumud Flotilla ha lanzado una acusación contra un buque de guerra israelí por realizar una «operación intimidatoria» hacia sus naves. Según la flotilla, el capitán de uno de los barcos tuvo que ejecutar una «maniobra evasiva» para evitar un choque, tras haber entrado en la «zona de riesgo» donde previamente habían sido interceptados por fuerzas israelíes.
En un comunicado, se detalla que el buque ‘Alma’ fue «rodeado de forma agresiva durante varios minutos por un buque de guerra israelí». Durante este tiempo, «las comunicaciones a bordo, incluidas nuestras transmisiones de circuito cerrado, fueron deshabilitadas de manera remota», mientras la nave militar se acercaba peligrosamente, forzando al capitán a realizar la maniobra evasiva mencionada.
Posteriormente, el mismo buque israelí se aproximó al ‘Sirius’, ejecutando «maniobras de acoso similares durante un periodo prolongado, antes de retirarse finalmente». La Global Sumud Flotilla criticó la postura del Gobierno de España, que ha solicitado a la tripulación que abandone su misión, en lugar de proveer la protección necesaria hasta su llegada a Gaza y exigir la apertura de un corredor humanitario.
La flotilla reiteró que su misión es pacífica, enfocada en transportar ayuda humanitaria y en desafiar el bloqueo de Israel sobre Gaza, acompañando al pueblo palestino. Además, denunciaron que cualquier obstrucción a su paso es ilegal y podría considerarse un crimen de guerra. A pesar de los incidentes, la flotilla sigue adelante con su misión.
Horas antes de estos eventos, se reportó que «varios barcos no identificados» se acercaron a otras embarcaciones de la flotilla, activando protocolos de seguridad ante una posible interceptación. También se ha incrementado la actividad de drones sobre la flotilla, lo que ha causado una alerta máxima entre los participantes.
El Gobierno español ha informado que un buque de salvamento marítimo está listo para intervenir en rescates si es necesario, aunque ha advertido contra entrar en la zona de exclusión impuesta por Israel, subrayando los riesgos que esto implicaría para la integridad física de la tripulación de la flotilla.