El exsecretario general del PSOE en Madrid y actual senador, Juan Lobato, ha criticado este miércoles el funcionamiento de un sistema de partidos “extraordinariamente vertical” en el que, según ha denunciado, expresar una opinión distinta se percibe como un signo de debilidad. Al mismo tiempo, ha rechazado que la sentencia condenatoria contra el exfiscal general del Estado pueda interpretarse como una victoria política de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.
Durante una entrevista en el programa “La 2 Cat” y en Ràdio 4, Lobato ha reiterado que no se arrepiente de haber acudido a una notaría para dejar constancia de sus conversaciones con la exasesora de Moncloa Pilar Sánchez Acera, relativas al origen del pantallazo del correo en el que Alberto González Amador admitía la comisión de delitos fiscales: “Arrepentimiento ninguno. Yo creo que hay líneas éticas, cada uno tiene la suya y creo que no todo vale en política”.
Ha señalado que esa decisión ha tenido “consecuencias” en su trayectoria y ha añadido que, pese a la condena al fiscal general, no considera que ello suponga, en sus propias palabras, sentirse rehabilitado.
En relación con las críticas dirigidas al PSOE por la forma en que se gestionaron las denuncias anónimas contra el exalto cargo socialista Francisco Salazar por presunto acoso sexual, Lobato ha sido tajante al valorar la reacción del partido: “en un tema grave responder tarde es responder mal”.
La legislatura y el papel de Junts
Cuestionado sobre si tiene lógica intentar agotar la legislatura tras la ruptura de Junts con el PSOE, ha indicado que la clave está en la capacidad del Ejecutivo para “mejorar la vida de la gente” mediante políticas públicas y medidas de convivencia, algo que, a su entender, el Gobierno todavía está en disposición de llevar a cabo.
En este contexto, ha considerado que “no tiene mucho sentido” que el PSOE siga tratando de cerrar acuerdos con la formación posconvergente. Ha reprochado a Junts que actúe movido por intereses particulares y ha censurado, textualmente, su tendencia a mimetizarse con planteamientos de la derecha y de la extrema derecha en determinados debates.











