Antonio Maíllo, coordinador federal de IU, ha destacado que el principal obstáculo para alcanzar la unidad de la izquierda es la intención de Podemos de «derribar» al Gobierno. A pesar de las discrepancias con el PSOE, Maíllo subraya que la situación que se avecina es demasiado crítica como para «frivolizar» con la idea de derrocar al Ejecutivo.
En una entrevista concedida a ‘Las mañanas’ de RNE, recogida por Europa Press, Maíllo ha comentado que Podemos es el factor que actualmente «establece lo que separa» a los grupos de izquierda, y ha insistido en que Sumar no participará en derrocar a este Gobierno. «Estamos observando sus declaraciones y actitudes, y evidentemente eso marca una gran diferencia. Izquierda Unida no va a contribuir a derribar al Gobierno, aunque sí seremos críticos con ciertas políticas», explicó Maíllo.
A modo de ejemplo, mencionó el debate sobre la compra de balas a Israel, donde tras las críticas del socio minoritario del Gobierno de coalición, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, «tuvo que rectificar», así como la exigencia de romper relaciones con Israel. «Continuaremos defendiendo estas cuestiones, pero sin perder la perspectiva de lo que está en juego», agregó.
El coordinador de IU también ha señalado que la posibilidad de que PP y Vox lleguen al poder y «arrasen con todos los derechos conquistados» es una razón de peso para no colaborar en la caída del Gobierno actual. «Podemos ignorar el elefante en la sala, pero tampoco podemos ser ingenuos en el lenguaje político», concluyó Maíllo.
Maíllo ha reiterado la necesidad de depurar las «mochilas cargadas» en la izquierda, producto de «un ciclo demasiado largo y de personas que llevan mucho tiempo» en la política. Subrayó la importancia de priorizar el «bien común» y realizar un «ejercicio de honestidad política» para reconectar a los ciudadanos con un proyecto de esperanza democrática. Propuso buscar fórmulas que aseguren una representación política efectiva mediante acuerdos democráticos, primarias y participación amplia. «Y si algunos sobramos, damos un paso al lado, porque nadie es imprescindible», afirmó, destacando la necesidad de que la izquierda se enfoque en un proyecto histórico que construya esperanza y no en ambiciones personales destructivas.