María Guardiola, presidenta de la Junta de Extremadura, ha estampado su firma en el manifiesto de la ‘Alianza por Almaraz’ este sábado, con el objetivo de oponerse al cierre de la central nuclear situada en Cáceres, el cual ha calificado de “injusto, sectario y precipitado” y ha abogado por su permanencia más allá del año 2027.
En un encuentro organizado por la plataforma ‘Sí a Almaraz, Sí al futuro’ en Navalmoral de la Mata, Guardiola ha expresado de manera contundente que no desea “hablar de alternativas” ya que, según sus palabras, la región “no necesita alternativas” frente a la “realidad” existente.
Definiendo a la Central Nuclear de Almaraz como un “símbolo de lucha conjunta”, la dirigente ha hecho un llamado a “no dar un solo paso atrás” y a mantener la unidad en esta batalla, que ha congregado a más de 80 instituciones, alcaldes, empresarios, ciudadanos y grupos sociales, independientemente de “colores” y “siglas”, para apoyar el mencionado manifiesto.
“No podemos permitir que nadie nos robe el futuro, que nadie le vuelva a decir a esta tierra lo que debe ser”, ha declarado firmemente la presidenta, añadiendo que “Almaraz no se toca, Extremadura no se negocia y Almaraz no se cierra”.
AJUSTAR LA FISCALIDAD EN PRO DE LA CONTINUIDAD
Guardiola ha cuestionado por qué la región debe “pagar el pato” por las “decisiones de gente que no ha pisado el mundo rural” y ha criticado que mientras en otros lugares de España se negocia la extensión de reactores, el cierre de la planta en Extremadura se percibe como una “discriminación”.
Asimismo, ha criticado a la exministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, por su postura en el cierre de las centrales, mientras “defiende desde Bruselas ayudas millonarias a países que claramente valoran el potencial estratégico de la energía nuclear”.
“Esto solamente obedece a una ceguera ideológica llevada al extremo y los extremeños no vamos a claudicar y a aceptar una decisión que sabemos que es un delirio y un gigantesco error”, ha reprochado la presidenta.
Para “facilitar” la continuidad de la central en Cáceres, Guardiola se ha comprometido a que su gobierno “ajuste la fiscalidad regional”, evitando así la pérdida de “casi 4.000 empleos” y el desmantelamiento de un sistema productivo vital para muchos pueblos.
“La central no es solo energía, es empleo, industria, efecto llamada para la economía, es cohesión territorial y, además, representa el cinco por ciento del Producto Interior Bruto Regional”, ha subrayado Guardiola, señalando que su cierre representaría una “amenaza” a la “estabilidad e independencia energética” de Extremadura y de toda España.