Noruega desvela su papel de mediador en las conversaciones entre España y ETA en 2005 solicitando discreción

Archivo - José Luis Rodríguez Zapatero era el presidente del Gobierno de España en 2005, quien según el libro blanco publicado por el Ministerio de Exteriores noruego, pidió ayuda de manera "informal"EUROPA PRESS - Archivo

En 2005, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Noruega aceptó una solicitud del Gobierno español, presidido por José Luis Rodríguez Zapatero, para actuar como intermediario en las conversaciones con ETA, bajo la condición de mantener discreción para establecer contacto con el movimiento rebelde ETA con el fin de sentar las bases de una solución.

Esta labor de mediación se ha hecho pública a través de un libro blanco titulado Norway’s efforts for peace and conflict resolution in a troubled world (Los esfuerzos de Noruega por la paz y la resolución de conflictos en un mundo problemático), donde se describe a ETA como un movimiento rebelde y se detalla el papel del Centro para el Diálogo Humanitario en el proceso.

Según el documento, antes de 2005, varios gobiernos españoles intentaron sin éxito dialogar con ETA. En ese año, el gobierno de Zapatero pidió ayuda al Centro para el Diálogo Humanitario para iniciar un contacto que derivara en negociaciones mediante una diplomacia híbrida que se mantuviera discreta.

SIN ACUERDO FINAL

El documento menciona que el proceso fue complicado y políticamente sensible en España, buscando un intermediario internacional que permitiera mantener una cierta distancia y evitar la internacionalización de las conversaciones. Además, se necesitaba el apoyo de países europeos en el proceso.

Noruega, junto con Suiza, ofreció lugares seguros para reuniones, transporte y facilitación de diálogos, apoyándose en experiencias previas como las del gobierno británico y el IRA en Irlanda del Norte.

Aunque hubo varias pausas en las negociaciones y ETA no detuvo su actividad armada, los esfuerzos combinados de presión y diálogo lideraron a que ETA anunciara el cese de su actividad armada en 2011, disolviéndose finalmente en 2018. El grupo fue retirado de la lista de organizaciones terroristas de la UE en 2022, y algunas facciones del movimiento político vasco ahora existen como partidos políticos legales.

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